Como lectura para mediados de semana, me ha parecido una buena idea compartir esta hilarante historia de Astérix en la que un prisionero de Roma, conocido por sembrar la discordia a su alrededor, intentará debilitar al valeroso y unido pueblo de los irreductibles galos que Julio César no ha conseguido doblegar. Perfectus Detritus (quien en la edición de Libros El Zorzal se llama Tullius Detritus, tal como en el original en francés) será quien asumirá la difícil tarea de hacer sucumbir a este guerrero pueblo ante la poderosa Roma, haciendo uso del arte de sembrar cizaña como solo él parece poder hacerlo.
Esta edición corresponde a la Gran Colección, que son álbumes con colores mejorados y publicados en un tamaño mayor al habitual. Yo en mi biblioteca tengo la colección en papel, pero esta edición digital la hizo el compañero Alienkav, del glorioso CRG, a quien he de agradecer por este estupendo trabajo. Los admiradores del pequeño guerrero galo y su voluminoso amigo, podrán disfrutar nuevamente de esta divertida historia. Es una de mis favoritas, junto a "El adivino", razón por la cual me permito compartirla en mi blog. Quizás pronto vendrán más.
6 comentarios:
Recuerdo que durante la segunda etapa de la revista Barrabases Guido Vallejos se "inspiró" en esta historia para crear una versión futbolera en la cual un club rival contrataba a un chico apodado "Cagüín" para que fuera a Barrabases a trabajar de ayudante, pero con la misión secreta de envenenar el club desde dentro con sus rumores y copuchas para destruir el compañerismo de los niños y así poder ganarles el partido.
Hasta el final de la historia era el mismo, con el cizañero siendo descubierto y detenido, pero saliendo adelante al sembrar cizaña entre los otros presos y hacer que peleen entre ellos en vez de pegarle a él, en fin.
jajajaja, no me acordaba de esa historia de Barrabases. La buscaré.
Es el número 46 y creo que tú mismo la escaneaste hace un kilómetro de años atrás. Fue ilustrada por el genial Hervi, si mal no recuerdo.
Tienes toda la razón. Lo acabo de leer y sin dudas está inspirado en ese guion de Goscinny, especialmente cuando llega el cagüinero y saluda al jugador más "importante", dejando a Pirulete con la mano estirada; tal como Detritus llega a saludar a Asterix, dejando en ascuas a Abraracurcix. No me acordaba de esa historia y eso que la que sigue es la del muerciélago, que tanto me gustó cuando la leí siendo niño. De hecho, debe ser la que más recuerdo de aquella segunda época de la revista.
Nada que ver con Ásterix, pero ya que sacaste a relucir la historia del estadio embrujado, quisiera saber si tú también sientes que algunas historias tienen una cierta "vibración" (por llamarla de algun modo) que les da una especie de alma o encanto agregado y que las eleva por sobre el resto. De la segunda etapa de Barrabases, la historia del estadio embrujado con el murcielago y la otra en donde Barrabases va a jugar a la tenebrosa Villa Cuco tenían esa especie de vibracion que a uno le hacía sentir que estaba leyendo algo especial.
No lo sé, la verdad. No soy tan sensitivo; solo hay historietas que se me quedaron más marcadas en la memoria, aunque no sé si se deba a algo así como “vibraciones”.
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