De mis series franco-belgas favoritas, la de Lucky Luke es una de las que descubrí gracias a un amigo que me prestó justamente este ejemplar hace muchos, muchos años. Recuerdo haberla leído esa misma noche al acostarme y no paraba de reír con las situaciones jocosas en que el rufián de Billy ponía a los pobres e inocentes ciudadanos de Fort Weakling. Tanto el nombre del pueblo, como cada uno de los fallidos intentos de Billy por convencer a Lucky Luke de que estaba ante un bandido de temer, ofrecen una seguidilla de situaciones hilarantes a lo largo de toda la historia. No sé si será el álbum más divertido de la serie, aunque supongo que no, pero es el que mejores recuerdos me trae, probablemente por haber sido el primero que leí. La verdad es que todos los que fueron escritos por Goscinny son muy divertidos; así como tambien me gustan mucho los primeros álbumes en los que Morris era tanto el dibujante como el guionista.
Esta historia fue publicada originalmente en la revista Spirou en 1961 y corresponde al vigésimo álbum de la serie. Ya he dicho que en esta edición de Planeta de Agostini, el orden de los álbumes está cambiado y por eso se trata del cuarto de esta nueva edición en castellano. En él veremos cómo Lucky Luke ayuda a Josh Belly, el director del periódico local, a poner fin a la pesadilla que representa el joven Billy para los habitantes de Fort Weakling. Jugando con un principio que en la literatura y en la antropología se conoce como rivalidad mimética, a Luke se le ocurre que la solución está en rivalizar con Billy el niño en cuanto a fechorías.
También he comentado que la traducción de esta edición no es la misma de las ediciones precedentes en castellano. La primera, la de las Ediciones Junior, la hizo Víctor Mora, el reconocido guionista y también traductor de los álbumes de Astérix. Sin embargo, a propósito de estos últimos, he señalado que la traducción de Mora, en especial cuando se trata de guiones de René Goscinny, deja mucho que desear. La traductora de esta edición de Planeta de Agostini es Mireia Rué, quien no parece estar tentada a meter chistes de su propia cosecha en la traducción (como sí hace Víctor Mora en algunos álbumes de Astérix). Sin embargo, Rué suele castellanizar casi todo, comenzando por el nombre con el que ha sido conocido el personaje de esta historia, Billy the Kid, a quien Rué prefiere llamar Billy el niño. En francés Goscinny no hace eso, no lo llama Billy l'enfant, sino simplemente Billy the kid. En ese sentido, pienso que no sólo no era necesario, sino que altera el sentido que le diera Goscinny a sus guiones. Del mismo modo, Rué traduce también los textos de canciones que en la edición original en francés están en inglés. Eso le resta, en mi opinión, calidad a la traducción. De todos modos, al menos no le dio por castellanizar también el nombre del pueblo ni el del propio Lucky Luke porque resultaría un mal chiste.
El trabajo de digitalización es de los compañeros Umbriel y Sbro, del CRG, a quienes agradezco por este magnífico resultado. Que tengan una buena y amena lectura en este último día de mayo.
Descargar Lucky Luke: Billy el niño