He comentado en anteriores entradas que uno de mis dibujantes favoritos es Maurice Tillieux, el creador de la entretenida serie Gil Jourdan. Publiqué en el blog su edición integral en castellano, titulada Gil Pupila.
En mi biblioteca tengo la edición integral en francés de esa serie, como también tengo todo lo que he podido hallar del grandioso dibujante belga. Sin embargo, a fines del año 2021 salió una edición limitada del primer álbum de la serie, consistente en las planchas originales entintadas y su correspondiente camiseta en papel mantequilla con la indicación del color para la imprenta. Tengo en mi biblioteca un libro dedicado a la obra de Tillieux, en la que vienen también varias planchas del mismo modo que en esta edición del primer álbum que comparto aquí. Pero me habría gustado tener esta edición con la primera historia completa, la que además vienen en el tamaño original de las planchas. La verdad es que desde el inicio de la pandemia de Covid-19 se ha hecho más difícil poder acceder a tiempo a las maravillas que han editado en Europa. Esta edición se agotó en instantes en Amazon y no la he podido encontrar a través de otras librerías en línea. Generalmente se trata de ediciones limitadas y las pocas ediciones limitadas que tengo en mi biblioteca me ha costado bastante conseguirlas.
Olvidaba señalar que hasta la plancha 28 Tillieux trabajó aplicando con lápices de colores la indicación de color en el papel mantequilla que iba sobre la plancha entintada. Sin embargo, a partir de la plancha 29 comienza a aplicar el color con témpera o gouache, como se le conoce generalmente, por la parte trasera de la plancha entintada. Lo hacía mediante el uso de una tabla de luz que le permitía poder ver los trazos nítidos de los dibujos en cada viñeta.
Aunque se trate de una edición en francés, asumiendo que la mayoría de los visitantes del blog no dominan esa lengua, quise de todos modos dedicarle una entrada en mi blog y compartir la edición digital que conseguí gracias al trabajo del grupo PRiNTER, actual grupo TONER, que distribuyen en la web material digital de primerísima calidad porque es el que utilizan las editoriales.
En este caso, se trata de una edición digital en la que las planchas miden más de cuatro mil pixeles de ancho, de manera que se pueden admirar hasta los más mínimos detalles del arte del talentoso Maurice Tillieux. Les dejo las primeras planchas de esta historia y un par de viñetas en el que se puede apreciar lo que señalo. Debo decir que las planchas las suelo reducir para efectos de publicarlas en las entradas del blog, pero el archivo que comparto al final incluye el tamaño que he señalado antes.
En estas tres primeras planchas se aprecia ya la calidad del arte de Tillieux; al menos aprecio yo las razones por las que me gusta tanto como dibujante. Las viñetas parecen sencillas, pero combinan distintas perspectivas muy interesantes, entre las cuales destaca la perspectiva a ras de suelo, que se supone que era una de las preferidas de Tillieux. Además, el dinamismo que le imprime a la secuencia de viñetas que narran la historia es también extraordinario.
A propósito de la perspectiva a ras de suelo, en esta que está aquí arriba no sólo me llama la atención la composición, sino también lo detallista que es Tillieux. Basta fijarse en cómo las letras de la furgoneta Citroen 2CV que está detrás del perrito en primer plano, se distorsionan por el efecto de los paneles corrugados.
En esta plancha de aquí arriba aparece una de las mis viñetas favoritas de la serie y que creo recordar que mencioné cuando publiqué la edición en español. Es la viñeta que muestra cuando Gil Jourdan y Libélula llegan a la casa del chatarrero que le acondicionó el auto a Gil para que el inspector Cruton lo confundiera con un taxi. Los detalles del barrio en esa viñeta son extraordinarios y se pueden apreciar mejor aquí abajo.
Siempre me ha parecido que con los grandes dibujantes es mejor disfrutar su arte en blanco y negro. Evidentemente, el color es un elemento que le aporta mucho a la historieta, especialmente cuando quien aplica el color es alguien especializado en ello. Pienso en Caroline Delabie, la colorista que trabaja con Meyer para Undertaker. La verdad es que ella tiene un gusto exquisito para colorear las viñetas dibujadas magistralmente por Meyer. Aún así, siempre será interesante poder apreciar el trabajo del artista antes de la aplicación del color. Por eso tengo en mi biblioteca la edición integral de Undertaker en blanco y negro. A su vez, hay artistas a los que el color pareciera restarle valor a su trabajo. En mi opinión, es lo que sucede con el arte de Jaime Calderón, a quien sigo en redes sociales y de quien siempre disfruto ver el trabajo de elaboración de sus viñetas en el género realista e histórico al que se ha dedicado principalmente. Sin embargo, cuando las leo en la edición en color, pareciera que todo lo extraordinario que me lleva a admirar su obra, se perdiera. No sé, tal vez es una mala elección del color o el problema es el color digital que le aplican a sus ediciones. Como sea, reivindico el valor de apreciar en blanco y negro el noveno arte; en especial, en aquellos casos en que el dibujo ha sido concebido por el artista para el blanco y negro.
Volviendo a Maurice Tillieux y este primer álbum de Gil Jourdan, debo decir que me he leído decenas de veces estas historias de Tillieux, de quien tengo también otras series en mi biblioteca. Él hacía los guiones y se encargaba de los dibujos, siendo tan bueno en una cosa como en la otra. De hecho, dejó de dibujar la serie para encargarse exclusivamente de escribir los guiones y fue reconocido como un gran guionista y también un muy buen escritor de novelas policíacas.
En castellano, lamentablemente, se pierde mucho del sentido de humor que le imprime a algunos personajes. Específicamente en el caso de esta serie, a Libélula, el ladrón al que Gil Jourdan ayuda a evadirse para que trabaje con él en su agencia privada de investigación. Con las traducciones de Tillieux al castellano pasa algo similar a lo que sucede con Goscinny o con Franquin; se pierde mucho al intentar traducir juegos de palabras, los calembours, como se les llama en francés. Los traductores suelen recurrir a juegos de palabras distintos al utilizado por el autor en francés, y no suelen funcionar bien porque el sentido original se pierde. Al final, es como depender del sentido del humor del traductor.
Como esta serie la compartí en castellano, no les será difícil leer esta edición acompañada de la traducción castellana, en caso de requerirlo. De todos modos, creo que la experiencia de admirar la calidad del dibujo de Tillieux, al natural, no necesita de traducción alguna.
Para finalizar, recuerdo que el año pasado me enfrasqué en una tonta discusión con un conocido dibujante chileno de la vieja escuela porque decía que Maurice Tillieux era un dibujante mediocre. La verdad es que pienso que quien sostenía eso debe haber confundido a Tillieux con otro dibujante. Y si se trataba realmente del dibujante belga, seguramente la razón para afirmar tal cosa habría que buscarla en el campo de la psicología o de la psiquiatría. Con tan solo conocer parte de su obra o saber sobre la importancia que se le otorga en Europa a este autor, quien murió tempranamente, bastaría para hacer callar críticas absurdas como esa. En consecuencia, vaya esta entrada en mi blog como un pequeño homenaje a Maurice Tillieux y su memoria. Ha sido y seguirá siendo uno de los más grandes artistas de la escuela franco-belga.
Descargar Gil Jourdan: Libellule s'évade (Tirage de luxe)