
miércoles, 31 de agosto de 2011
domingo, 21 de agosto de 2011
Homenaje al maestro [Epilachu]

Nuestro amigo Epilachu nos envía esta excelente ilustración en homenaje a Themo. Me parece muy oportuna, tanto por el relanzamiento de su obra como por lo importante que es reconocer en vida a una persona. Esperamos que Themo viva muchos años más y no esperaremos a cuando ya no esté entre nosotros para expresarle cuánto lo admiramos quienes somos de la generación de Mampato.
sábado, 20 de agosto de 2011
Oso Blanco [Biblioteca Mampato Bicentenario]

Amigos, hace un tiempo publiqué esta historieta como parte de la Biblioteca Mampato Bicentenario, y que consistía en las aventuras de Oso Blanco, un indio siux, (aunque bien podría tratarse de un blanco que decidió vivir como indio) quien es amigo de Shorty, un trampero que le ha enseñado la técnica de atrapar animales para obtener su piel.
Gracias a un visitante del blog, que al parecer no hablaba castellano, pude encontrar la serie original, cuyo verdadero título es "Loup noir" (Lobo negro) con guión de Jean Ollivier (1925) y dibujos de Kline, cuyo verdadero nombre es Roger Chevallier (1925). Ambos son franceses y muy conocidos.
El primero es el caballero que aparece a la izquierda de este artículo y que también lo conocemos como guionista de Dr. Jourdan o Dr. Justice, el médico karateca que tamién leímos en Mampato. Además ha sido el autor de otras muchísimas series de la historieta franco-belga, entre las cuales destaca la de Barbarroja. Por su parte, Kline es el señor canoso que aparece en la fotografía de la derecha. También se trata de un prolífico dibujante.
La serie "Loup noir" se publicó por primera vez en 1969 en la revista PIF, de las Éditions Vaillant, y en total se publicaron cerca de 160 historias completas, cada una consistía en unas 8 a 12 planchas, tal como las conocimos también en Mampato.
En el año 2005 se publicó una edición que aparece como tomo 1 pero que se encuentra agotado en Amazon. Tampoco he sabido que se haya publicado un segundo tomo pero es cosa de multiplicar para darse cuenta que se trata de una serie que debe bordear las 1.600 páginas. Fácilmente eso da unos 6 a 8 tomos integrales.
Desconozco las razones por las que en Mampato se le cambió el título, sufriendo una verdadera metamorfosis desde un lobo a un oso y cambiando drásticamente de color. No se me ocurre qué habría resultado incómodo de su nombre original.
Al parecer en Mampato no se publicó en orden de aparición. En la edición que preparé reuní 50 páginas de la historieta en el mismo orden en que fueron publicadas en Mampato. Podrán advertir que se trata de una historia que era continuación de capítulos previos y que pareciera que Mampato no publicó.
Les dejo también una de las historias originales que extraje de la revista PIF Nº 1436, del año 1972. La diferencia, además del título, es que la de PIF es en blanco y negro.


La serie "Loup noir" se publicó por primera vez en 1969 en la revista PIF, de las Éditions Vaillant, y en total se publicaron cerca de 160 historias completas, cada una consistía en unas 8 a 12 planchas, tal como las conocimos también en Mampato.
En el año 2005 se publicó una edición que aparece como tomo 1 pero que se encuentra agotado en Amazon. Tampoco he sabido que se haya publicado un segundo tomo pero es cosa de multiplicar para darse cuenta que se trata de una serie que debe bordear las 1.600 páginas. Fácilmente eso da unos 6 a 8 tomos integrales.
Desconozco las razones por las que en Mampato se le cambió el título, sufriendo una verdadera metamorfosis desde un lobo a un oso y cambiando drásticamente de color. No se me ocurre qué habría resultado incómodo de su nombre original.
Al parecer en Mampato no se publicó en orden de aparición. En la edición que preparé reuní 50 páginas de la historieta en el mismo orden en que fueron publicadas en Mampato. Podrán advertir que se trata de una historia que era continuación de capítulos previos y que pareciera que Mampato no publicó.
Les dejo también una de las historias originales que extraje de la revista PIF Nº 1436, del año 1972. La diferencia, además del título, es que la de PIF es en blanco y negro.
viernes, 19 de agosto de 2011
Jean Tabary [1930-2011]


Yo llegué a esta serie hace algunos años porque su guionista fue el gran René Goscinny y eso se nota en el estilo de humor de Iznogoud. No sé qué opinará nuestro amigo Mambrú, que es el experto en la historieta franco-belga, pero es un humor muy divertido.
La serie comenzó a publicarse en 1962 y continuó tras la muerte de Goscinny en 1977, puesto que el propio Tabary se hizo cargo de sus guiones. Ya venía escribiendo los guiones de otras series de su autoría, de manera que no le costó mucho hacerse cargo de ésta.
He visto también algunos de los episodios de la serie animada que se hizo en los años noventa. Aunque no es tan divertida como su versión en historieta, de todos modos logra sacarme al menos algunas sonrisas.
En el año 2005 se estrenó la adaptación cinematográfica de estas aventuras, pero resultó harto mala. De hecho, ni siquiera la terminé de ver.
Bueno, no sé quiénes han leído las aventuras de este pérfido visir que todo hombre lleva dentro, como decía Tabary, pero espero que quienes las hayan leído, compartan su opinión con nosotros.
Yo tengo la edición digital de Iznogoud y también de Totoche, que es otra de las series de Tabary, en caso que alguien quisiera leerla. Lamentablemente, solamente tengo la versión en francés pero sé que en la web encuentran algunos álbumes en castellano. De seguro les gustará.

miércoles, 17 de agosto de 2011
Cabrochico Nº 1 [nueva edición]

Mirolo nos envía una nueva edición del primer número de la revista Cabrochico. Esta vez está completa, con su tapa y contratapa, de manera que pueden reemplazar la versión anterior que habíamos compartido en el blog.
Muchas gracias a Mirolo por este ejemplar. Yo estoy trabajando en dos números más que me enviaron Hugo y Alicia. Pronto tendrán novedades.
Muchas gracias a Mirolo por este ejemplar. Yo estoy trabajando en dos números más que me enviaron Hugo y Alicia. Pronto tendrán novedades.
sábado, 13 de agosto de 2011
Francisco Solano López (1928-2011)

Solano López fue un prolífico dibujante cuya obra se esparce por el mundo en innumerables revistas y estilos. Desde la ciencia ficción con contenido social hasta el cómic erótico. Su estilo es inconfundible y lo pueden encontrar en el foro del CRG, donde hay varios de sus trabajos disponibles en la mula electrónica.
Recuerdo que la primera vez que leí "El eternauta" comencé a leerlo al acostarme y no pude soltarlo hasta que lo terminé ya de madrugada. Fueron horas de trasnoche en las que me mantuvo absolutamente cautivado esta extraordinaria historia. Una mezcla de pena y admiración es lo que Juan Salvo despertó en mí aquella primera vez que leí "El eternauta", la misma pena y admiración que sentí cuando supe que Oesterheld había muerto presumiblemente en 1978 tras su detención y desaparición por los servicios de seguridad de la dictadura militar argentina.
Ayer Solano López se fundió con el infinito y tal como sucediera con su amigo Héctor Germán Oesterheld, ha pasado a formar parte de ese panteón luminoso de la historieta mundial.
martes, 9 de agosto de 2011
Mampato y Ogú en El Tíbet

Hoy compré el libro de Mampato y Ogú que publicó Random House Mondadori. Me costó $6.000 en la librería Antártica y me lo leí de inmediato. Son 92 páginas del tamaño de las antiguas ediciones de Papelucho que publicaba la Editorial Universitaria. Además, la letra es grande. Al ojo, debe ser tamaño 14 ó 16 y tiene varias ilustraciones. Todo eso explica que sea un texto breve y muy rápido de leer.
En el libro no aparece la hija de Themo como con-autora o algo así. Sólo aparece Themo como el autor del texto. Pero además de la información que se difundió el otro día sobre el papel que ella tenía en el libro, se nota en el texto una pluma que no es la de Themo. Por ejemplo, me llamó la atención que las frases que pronuncia Ogú en el libro son poco naturales. Es decir, me quedó la impresión que se tomaron dos o tres expresiones célebres de nuestro peludo amigo para usarlas sistemáticamente, lo que le resta naturalidad a nuestro querido personaje. A su vez, el uso de la escritura fonética con la que es identificado Ogú aparece aquí un poco extraña. Al menos yo me quedé con la impresión que algo no encajaba.
La historia, narrada en primera persona por Mampato, es más simple que aquellas a las que nos tenía acostumbrados Themo. Aunque ciertos recursos narrativos usuales en las aventuras de Mampato se mantienen, su utilización es menos fina que en las historietas. Me refiero a esas vueltas de tuerca con que nos sorprendía siempre Themo. Lo mismo ocurre con la dosis de misterio e intriga que aunque también está presente en esta historia, aparece muy desdibujada. Como desdibujados quedan también los dos villanos de esta historia: Naga Dagg y Kermitsen, los falsos topógrafos que parece que andan en algo medio turbio. En el libro no se aprovecha lo que ofrecen siempre estos antagonistas en las historietas de Mampato. Por su parte, me pareció algo mejor logrado el personaje de Lord jim, el flemático inglés al que nuestros amigos acompañan en su viaje por el Tíbet. Pero tampoco el libro alcanza a sacarle partido a lo que ofrecía este personaje. Por ejemplo, queda un poco de lado algo que parecía ser importante en la historia, y que era una cierta emoción que expresaba Lord Jim de vez en cuando y que trataba por todos los medios de disimular. No queda claro a qué obedecía exactamente, más allá de la referencia a un amigo que perdió hace años. En definitiva, la parte final de la historia me dejó una sensación de gusto a poco, a muy poco.
La historia está organizada en 17 capítulos, de los cuales los cuatro episodios publicados en la revista Pimpín cubren más o menos los primeros 8. Digo más o menos porque hay algunos elementos que no aparecen en la historieta pero así también hay elementos de ella que en la novela no se mencionan.
Las ilustraciones que acompañan este libro me gustaron. Salvo una de ellas, en que sale Mampato sostenido por un volantín, el resto corresponde al estilo que le hemos conocido a Themo. Por cierto, el trazo se nota más débil pero creo que resulta satisfactorio para el lector habitual de Mampato.
En suma, el libro es bastante menos de lo que pudo ser la historieta, de haberse podido terminar. Después de leer el libro, releí los cuatro episodios aparecidos en Pimpín y sentí que en ellos se contaba mucho más de lo que refleja el libro en sus primeros capítulos. En cualquier caso, al menos ahora sé cómo terminaba esa historia, en caso que Themo haya sido fiel a su idea original.
Por último, el libro parece estar orientado a un público infantil, en lugar del público más amplio de las historietas de Mampato. Y no lo digo porque me diera pudor que en el metro me vieran leyéndolo, sino porque el estilo de la narración asemeja más a la de un libro para niños.
Bueno, espero no desanimar a nadie con este comentario. Creo que vale la pena comprarlo porque, mal que mal, forma parte del universo mampatino y para un seguidor del muchacho colorín resulta casi un deber tenerlo. Me gustaría conocer otros comentarios de quienes lo hayan leído. A ver si hay cosas que pasé por alto y que valía la pena comentar.
Las dos imágenes que acompañan este comentario las digitalicé del libro. La primera es, obviamente, la portada. Y esta última corresponde al momento en que Lord Jim y sus amigos llegan a la ciudad de Lhasa.
En el libro no aparece la hija de Themo como con-autora o algo así. Sólo aparece Themo como el autor del texto. Pero además de la información que se difundió el otro día sobre el papel que ella tenía en el libro, se nota en el texto una pluma que no es la de Themo. Por ejemplo, me llamó la atención que las frases que pronuncia Ogú en el libro son poco naturales. Es decir, me quedó la impresión que se tomaron dos o tres expresiones célebres de nuestro peludo amigo para usarlas sistemáticamente, lo que le resta naturalidad a nuestro querido personaje. A su vez, el uso de la escritura fonética con la que es identificado Ogú aparece aquí un poco extraña. Al menos yo me quedé con la impresión que algo no encajaba.
La historia, narrada en primera persona por Mampato, es más simple que aquellas a las que nos tenía acostumbrados Themo. Aunque ciertos recursos narrativos usuales en las aventuras de Mampato se mantienen, su utilización es menos fina que en las historietas. Me refiero a esas vueltas de tuerca con que nos sorprendía siempre Themo. Lo mismo ocurre con la dosis de misterio e intriga que aunque también está presente en esta historia, aparece muy desdibujada. Como desdibujados quedan también los dos villanos de esta historia: Naga Dagg y Kermitsen, los falsos topógrafos que parece que andan en algo medio turbio. En el libro no se aprovecha lo que ofrecen siempre estos antagonistas en las historietas de Mampato. Por su parte, me pareció algo mejor logrado el personaje de Lord jim, el flemático inglés al que nuestros amigos acompañan en su viaje por el Tíbet. Pero tampoco el libro alcanza a sacarle partido a lo que ofrecía este personaje. Por ejemplo, queda un poco de lado algo que parecía ser importante en la historia, y que era una cierta emoción que expresaba Lord Jim de vez en cuando y que trataba por todos los medios de disimular. No queda claro a qué obedecía exactamente, más allá de la referencia a un amigo que perdió hace años. En definitiva, la parte final de la historia me dejó una sensación de gusto a poco, a muy poco.
La historia está organizada en 17 capítulos, de los cuales los cuatro episodios publicados en la revista Pimpín cubren más o menos los primeros 8. Digo más o menos porque hay algunos elementos que no aparecen en la historieta pero así también hay elementos de ella que en la novela no se mencionan.
Las ilustraciones que acompañan este libro me gustaron. Salvo una de ellas, en que sale Mampato sostenido por un volantín, el resto corresponde al estilo que le hemos conocido a Themo. Por cierto, el trazo se nota más débil pero creo que resulta satisfactorio para el lector habitual de Mampato.
En suma, el libro es bastante menos de lo que pudo ser la historieta, de haberse podido terminar. Después de leer el libro, releí los cuatro episodios aparecidos en Pimpín y sentí que en ellos se contaba mucho más de lo que refleja el libro en sus primeros capítulos. En cualquier caso, al menos ahora sé cómo terminaba esa historia, en caso que Themo haya sido fiel a su idea original.
Por último, el libro parece estar orientado a un público infantil, en lugar del público más amplio de las historietas de Mampato. Y no lo digo porque me diera pudor que en el metro me vieran leyéndolo, sino porque el estilo de la narración asemeja más a la de un libro para niños.
Bueno, espero no desanimar a nadie con este comentario. Creo que vale la pena comprarlo porque, mal que mal, forma parte del universo mampatino y para un seguidor del muchacho colorín resulta casi un deber tenerlo. Me gustaría conocer otros comentarios de quienes lo hayan leído. A ver si hay cosas que pasé por alto y que valía la pena comentar.

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