lunes, 4 de enero de 2021

Recuerdos del pasado

La otra vez, navegando en Internet, encontré esta fotografía de un quiosquero que parece estar durmiendo plácidamente. La fotografía, como suele suceder con las fotografías que retratan las actividades cotidianas de la gente, nos dice mucho más de lo que aparenta. Para empezar, se trata de una fotografía de enero de 1973, porque en ella se ve que está a la venta el Mampato 156, que salió el 10 de enero, de modo que esta fotografía está tomada entre el miércoles 10 y el martes 16 de enero de ese año; es decir, hace ya 47 años. A su vez, se puede apreciar la cantidad de revistas que solían vender los quioscos. Se ven las revistas Tribilín, Disneylandia, Los Picapiedras, El llanero solitario, Delito, Daniel el travieso, La pequeña Lulú, El Manque, entre las que alcanzo a divisar. De las restantes, se ve la Mecánica Popular, Paula, Vanidades, Paloma, Ercilla, Onda, El Gráfico, Time, Cosquillas, entre otras. Además, se pueden ver varios ejemplares de la colección Minilibros de la editorial Quimantú. Como se puede apreciar a simple vista, siendo Chile un país que entonces tenía apenas diez millones de habitantes, en esos tiempos se publicaba y se leía bastante.

Otra cosa que me llama la atención es el hecho de que el quiosquero esté literalmente durmiendo, sin que temiera a que alguien le robara algo. Por cierto, no hay que caer en la ingenuidad de idealizar el pasado, pero es verdad que probablemente hoy día no podría permitirse semejante cosa. Aunque bien pudiera ser que esté simplemente posando para la foto. Quién sabe. Como haya sido, no deja de ser una experiencia interesante el poder viajar en el tiempo viendo esa fotografía. Yo de niño siempre quise tener un quiosco porque me imaginaba pasar el día leyendo todas esas fantásticas revistas. Ir al centro cuando niño era un paseo extraordinario porque había muchísimos quioscos y todos atiborrados de revistas. Siempre volvía con algunas que me compraban mis papás. Las revistas fueron, desde siempre, mi afición preferida. Recuerdo también que en uno de mis cumpleaños, cuando cumplía unos ocho o nueve años, mi vecina de entonces, que se llamaba Paola, me trajo de  regalo una revista Disneylandia. La traía enrollada y amarrada con una cinta. Nada más. No sé qué habrán pensado los demás, tal vez encontraron que era un regalo que no estaba a la altura del acontecimiento, pero a mí me encantó. Venía la historia de la ballena que quedaba varada y que los cortapalos ayudaban a volver al mar abriendo zanjas por donde entrara el agua. Es probable que haya sido el regalo que más me gustó.

Esta otra fotografía también la hallé en la web. Es del año 1988, según puedo ver en el Almanaque Mundial que se vende y en el título de una de las revistas de divulgación científica de entonces, la revista Creces 88. Yo ese año estaba ya en la universidad y tenía 21 ó 22 años, dependiendo de si la fotografía fue tomada a inicios o a fines de ese año. De las revistas de historietas se ven Disneylandia, Pato Donald, Tío Rico, Mickey. No veo revistas de historietas chilenas, salvo Condorito. Veo algunas de las varias enciclopedias que entonces se vendían; entre ellas, los fasículos del curso de dibujo y pintura, Micromanía, Microbyte, Tecnología industrial, Modelismo ferroviario. Y de los semanarios, veo Pluma y Pincel, Cosas, Time, Vea, Apsi, Newsweek, Cauce, entre otras. También se ve el libro sobre el asesinato de Orlando Letelier, Laberinto, que me parece que se vendía por capítulos; la Biblioteca de Oro del Estudiante, con un volumen sobre poesía religiosa, un libro sobre Don Francisco; las Selecciones del Reader's Digest, un volumen de la Historia de Chile, que seguramente se vendía con algún semanario; y el ya mensionado almanaque mundial. Y el señor que aparece en primer plano se ve mucho más atento a lo que pasa, pese a que el quiosquero parece estar al interior del quiosco.

Yo seguí comprando revistas, enciclopedias y libros hasta hace muy poco. Supongo que la revista Condorito es lo último que dejé de comprar cuando dejó de publicarse. Y de vez en cuando compraba alguna de las revistas de cómics de superhéroes o de las ediciones argentinas que a veces llegaban a Santiago, como la colección de historietas del diario El Clarín de Buenos Aires. Finalmente, también dejé de comprar libros y enciclopedias porque los primeros hoy los leo en un Kindle y las enciclopedias quedaron superadas por la propia Internet. Tengo varias que se ven muy bien en mi biblioteca pero que rara vez consulto. Yo estuve suscrito a la National Geographic y a Historia, de la misma Natgeo, pero no he renovado la suscripción y sólo de vez en cuando compro algún ejemplar cuya portada ha llamado mi atención. Y aunque aún en el centro de Santiago hay quioscos que venden revistas, muchos de ellos ya ni siquiera venden diarios. Cerca de la universidad en la que trabajo, un quiosquero me explicaba que ya no era negocio para él vender diarios y revistas porque muy poca gente los compraba. En cambio, le iba muy bien con golosinas, refrescos y cigarrillos. El año pasado, dejó incluso de vender los pocos diarios y los pocos semanarios que aún se publican y su quiosco se parece más a varios de los que hay repartidos por la ciudad y que lucen como el de la fotografía de aquí abajo:

Las golosinas superan con creces a las revistas y diarios. Quedan Muy Interesante, National Geographic, Qué Pasa, Ercilla y unas pocas más. El resto es azúcar, grasas, preservantes y saborizantes varios. Alimento para el cuerpo y no para el alma. 

¿Y ustedes, mampatinos? ¿Siguen comprando revistas y diarios? No quiero decir que vayamos para atrás porque sería desconocer lo mucho que hemos avanzado como sociedad, pero un indicador inequívoco de que me estoy volviendo un viejo pesado, es que cuando veo estas fotorgafías antiguas me da mucha nostalgia y añoro esos tiempos. Siempre he querido viajar en el tiempo y la otra vez soñé que lo hacía, pero que viajaba a la época cuando estaba aún en el liceo y como era conciente de que era un viaje al pasado, le decía a uno de mis compañeros que debíamos aprovechar de comprar todas las revistas que pudiéramos. Es lo que haría, seguramente, si me toca volver a esos años en que un quiosco era para mí una suerte de cueva del tesoro.



9 comentarios:

Sergio Arakaki dijo...

Hola Profe y Amigos.
Aprovecho de desearles un feliz y mejor Año ...
Yo creo que todos hemos tenido esos deseos de volver al pasado y comprar todas las revistas posibles y de tener y trabajar en un kiosko lleno de revistas ,asi pasaria leyendo todos los dias .
es una pena ver los kioskos de ahora , hasta los años 90 , Aun iba a Calle Huerfanos a vitrinear kioskos y comprarme algunas revistas llegadas de España y Argentina.- ahora solo nos queda visitar el persa Bio Bio para encontrar alguna de aquellas revistas, y a precios muy elevados generalmente.
por lo mismo digitalizo mis revistas y las comparto en la red , pues hay muchos amigos que no tienen la posibilidad de volver a encontrar y leer aquellas revistas.

Jaime dijo...

Hola amigos,
Así es, los kioscos se transformaron en lugares de venta de golosinas, frutas, verduras, queques y otros productos, pero revistas, ya casi nada. Debe ser por la transformación digital (ya no compramos diarios en papel). También tengo esos recuerdos de niño de ir al centro y detenerme en los kioscos a mirar las portadas de las revistas. Cada una de esas portadas era un universo para explorar. Bueno, la tecnología cambia nuestro modo de vida y lo que ocurre en la actualidad es solamente una nueva realidad y hay que adaptarse.
Abrazos y mis mejores deseos para el 2021!!!

Unknown dijo...

Recuerdo los viejos kioskos de diarios y revistas ochenteros, todos pintados de amarillo y café y con ese olor a papel y tablas que los hacía únicos.
En el barrio en donde crecí había uno que me quedaba justo en el camino a mi colegio y siempre al regresar me quedaba mirando un rato las revistas que tenía en venta por si pillaba una nueva que me interesara, recuerdo que también vendían álbums de figuritas y unos tubos de cartón envueltos en papel de volantín que traían unas pastillas de dulce que se deshacían en la boca y un premio al azar. También vendían cigarrillos sueltos a los estudiantes que también pasaban por ahí, porque bueno, era otra época.

Hoy en día casi todo es digital, por lo que se entiende que los kioskos tuvieron que adaptarse o morir.

RacoonE69 dijo...

Muy interesantes constataciones, reflexión y observación.

Es curioso, pues a pesar del acceso prácticamente ilimitado que da internet, me parece mucho más rico el universo de los impresos (léase revistas, libros o cualquier publicación impresa), de los que los kioscos vendrían a ser algo así como Portales de Acceso.

A veces al llevar a mis niños a casa de mi madre, he tratado de interesarlos en que vean la enciclopedia Monitor...le dan un vistazo y no siguen. Algo más de suerte he tenido con las Geomundo que todavía están por ahí.

En pocos años (15 0 20 quizas) ese universo editorial se esfumó.
Habrá que ver si para bien, o para mal.

Resulta significativo, creo, que con esa misma facilidad de acceder a la información que tienen las nuevas generaciones, pareciera que la desechan (u olvidan). Mis peques (por suerte) son muy buenos lectores (merced a horas que pasé leyéndoles Mampatos a la hora de dormir), y atesoran los libros. Pero me temo que son atípicos en eso.

Muy interesante entrada en el blog.

Felicitaciones

Jaime dijo...

Hola a todos,
siguiendo con estas reflexiones, me ha tocado estar en otras latitudes y aún los kioscos de esas ciudades tienen muchas revistas y periódicos. Mi esposa siempre me reta porque me quedo pegado mirando las innumerables portadas y títulos de los diarios ya que atraso a la familia cuando hacemos turismo. A pesar de todo, cuando andamos de visitantes, compro las revistas y diarios, aunque no sepa el idioma, sólo para hojearlas y sentir el aroma de la tinta sobre el papel.
Un abrazo a todos

Jaime Ibarra Arancibia dijo...

Hola mampatinos, feliz año 2021 a todos!
Hace tiempo que no venía por acá pues he estado bastante ocupado, pero las fotos y reflexiones de Mayoneso me han llevado a la infancia de los años 70, cuando los kioscos eran visitados diariamente por los que juntábamos Mampato, pero también álbumes: "Flora y Fauna", "Historia del Hombre", "Civilizaciones", "El Mar fuente de vida", etc. Era impresionante pedir y pagar 10 sobres y ver al kiosquero humedecerse los dedos en la boca y empezar a contar sobres, que sacaba de un montón gigantesco -que seguramente tendría todas las láminas que nos faltaban-... En mi caso el kiosco proveedor era el de Salvador con Irarrázaval, hasta que nos vinimos a la V región el año 1983. ¡¡¡Qué lindos recuerdos!!! ¡¡Saludos a todos!!

cristian cárdenas ortíz dijo...

Me llamó mucho la atención ''La Calidad'' de las fotografias de ''los Quioskeros ó Kiosqueros'' (sobre todo la de enero de 1973....incluido el Anillo del Hombrón).Yó también recuerdo que en aquella época,las revistas eran voladera,grito y plata y un objeto ó articulo,muy apreciado por el Chileno de aquel tiempo,y los titulo y temas eran tantos y variadisimos,que uno se enredaba entero y perdia facilmente la cuenta,al tratar de ordenarlas mentalmente.Recuerdo que al ir creciendo,evolucionando y cambiando de objetivos,gustos y preferencias personales;al igual que RacoonE69,mi interés viró rapidamente hacia las Publicaciones Cientificas (sobre todo las relacionadas con La Historia y con Los Animales)és decir ''Las Enciclopedias Monitor y Enciclopedia Salvat De La Fauna'',cosa que me convertia en un Puber y Adolescente medio atipico,para el Medio Ambiente en el que me movia y vivia en aquellos años....y como bien dice RacoonE69,todo ''Ese Mundo Y Universo Editorial,Visual y Grafico'' murió entre unos 15,20 ó 25 años a lo sumo (recuerdo haber ''Cambiado Revistas'' por última vez,entre el Sector de Avenida Matta con San Diego,allá por el año 1992 ó 1994....después de aquellas fechas ''nothing'')....y al igual que Jaime Ibarra;coleccionar los Albumes ''Flora & Fauna'' (Sus 3 Versiones),''Selva Misteriosa'',''Zoocolor'' e ''Historia Del Hombre'' era otra de mis grandes pasiones,gustos y obsesiones Infantiles y Juveniles de aquellos lejanos y buenos años (aún nos reimos con mi hermano menor,al recordar la cantidad de veces que nos salió repetida la lámina del Famoso ''Saltoposuchus'' del Album Flora y Fauna,jajajaja)....a mí también me sigue pareciendo mucho más interesante el Universo de Los Impresos y ''leer a La Antigua'',que leer algo en un PC ó Notebook cualquiera....como que tiene más gracia y encanto.....en fín,cosa de gustos no más!!....psdt:muy rescatable y aplaudible la labor y tarea de Sergio Arakaki de digitalizar Sus Revistas,así que Felicitaciones y Sáludos para él....con respecto al sueño de Mayoneso de ''Viajar En El Tiempo'' (Un Sueño de Muchos por lo demás) y a riesgo de que me tilden y traten de Loco....éso és desde hace muchisimo,pero muchisimo rato ''una Comprobable e Innegable REALIDAD''....que el común de los pobretones,anonimos,vulgares y simples Seres Humanos,no tengamos acceso fácil y directo a dicho Logro Tecnologico;no quita que en un Futuro quizá no muy lejano,muchas personas si puedan hacerlo más de una vez durante sus vidas....

Nelson dijo...

Me trajo bellos recuerdos esta nota de los quioscos, una nota dulce en el alma, aunque con toques amargos, por los tiempos que no volverán. Hubo muchos quioscos en mi infancia, pero el que más recuerdo estaba en Cartagena, justo en la parada de micros que iban a San Antonio. Un quiosquito de madera, de correcto celeste y blanco marinero. Allí vendían las últimas Novaro que todavía circulaban. Me llevé varias. Archies, superhéroes, Llaneros Solitarios y hasta un ya casi fósil Popeye. Todas quedaron guardadas en la casa de la playa, para leerlas verano tras verano hasta que se las chorearon. Como bien dice Sergio, ahora hay que bucear en los persas para conseguir esas joyas, y con la cuarentena no pude ir al Bíobio en más de un año. (¡GGRRRR!). Lo que más anhelo de la vuelta a la normalidad son las cacerías de tesoros. Sobre todo en compañía de los amigos.

Una nota de dulce nostalgia, de esas que sólo entienden los que las vivimos. Ya las generaciones de ahora han perdido la cultura del quiosco, y dudo que alguien tenga curiosidad por saber "cómo era eso". Sería bonito que alguien se interesara. Pensando en eso, les dejo este pequeño crossover:

https://sta.sh/0g3hm649t90

Mambrú dijo...

El año de la segunda foto podría haberlo adivinado... por el precio de los cigarrillos (mejor no digo qué edad tenía en esa época, para que nadie se escandalice).