jueves, 28 de abril de 2016

100 años de Editorial Bruguera [Mário Jorge]


El amigo Mário Jorge, desde Brasil nos envía esta contribución al blog. Se trata de un libro sobre los cien años de la editorial española Bruguera. Fue escrito por Antoni Guiral. En el sitio de Amazon España lo describen en los siguientes términos:

"Un repaso a la historia de la Editorial Bruguera desde sus inicios en 1910 como El Gato Negro hasta la actualidad, en que Ediciones B sigue apostando por la publicación de novedades y fondo editorial como una manera de mantener vivo un patrimonio cultural de nuestro país. En 1910 Joan Bruguera crea la Editorial El Gato Negro, donde en 1921 nació la popular revista Pulgarcito. En 1939 cambia su nombre por el de Editorial Bruguera, que a partir de los años cuarenta del pasado siglo irá creciendo en importancia hasta convertirse en la editorial más importante del país. En 1986, tras una larga historia, Bruguera cierra sus puertas. Es entonces cuando el Grupo Zeta adquiere su fondo adjudicando el mismo a Ediciones B. Es en esta editorial donde, hasta hoy, se siguen publicado novedades de históricos de la historieta como Francisco Ibáñez o Jan, así como reeditando el fondo de estos y otros grandes autores como Víctor Mora, Escobar, Nené Estivill, Peñarroya y una lista casi interminable."

Muchas gracias a Mário Jorge, quien se dio el trabajo de fotografiar esta obra y subirla a un servidor para compartirla con nosotros.




sábado, 23 de abril de 2016

Eduardo Armstrong - Retrato de su obra visual

Estimados mampatinos, hace uno par de meses se publicó un libro sobre la obra de Eduardo Armstrong. Lamentablemente, se trata de una obra de edición restringida porque no fue con fines comerciales, de modo que no he podido encontrarlo en las librerías. Por fortuna, nuestro amigo Boris Borneck se lo consiguió y nos hizo llegar algunas fotografías que le tomó, debido a que el libro es de gran tamaño y no cabe en la pantalla del scanner.

De lo que pude observar en las fotografías que nos envió Boris, me parece que la edición es de una calidad semejante a de las ediciones habituales en Europa que se hacen sobre la obra de algún autor. Yo tengo varias y son como parece ser ésta. Con material inédito, con bocetos y maquetas de portadas, con muchas fotografías y, en general, con el propósito de que uno, como lector, aprecie el modo en que trabajaba el artista. Ojalá se hiciera algo así con Themo, Oskar y otros. Pero el problema es que la mayoría de los editores aquí en Chile son más bien flojos o simplemente ignorantes.

Gracias a Boris por permitirnos degustar esta magnífica obra.




Portada del libro


1968 - Jorge Galasso y Eduardo Armstrong

1971 - Eduardo Armstrong

1971 Agosto - Finalizando trabajo - Eduardo Armstrong y Juan Cano

1971 Octubre - Tercer Aniversario

1973 Octubre - Equipo Mampato 5 años


El Millonario Modelo - 1969

El príncipe feliz 1968 y El gigante egoísta 1969

Ivanhoe 1973

Ivanhoe 1973

La última batalla del General Coster - 1968

Mampato N° 6 - 1969

Maqueta Portada desconocida de Mampato

Maqueta Portada N° 1 de Mampato

Maqueta Portada N° 3 de Mampato

Milodon - 1972

Neandertal

sábado, 9 de abril de 2016

Zorro, dibujado por Julio Berríos


Estimados mampatinos, el amigo Iván aguirre Villalobos me ha hecho llegar dos archivos con una selección del trabajo que realizara el gran dibujante chileno Julio Berríos en la revista Zorro.

Como saben, muchos dibujantes trabajaron en algunas de las series extranjeras más conocidas que se editaban en Chile. No siempre se incluía a los autores de esas historietas pero sabemos que prácticamente todos los grandes nombres que conocemos, alguna vez también pasaron por allí. Pues bien, aquí tienen estos dos archivos para que disfruten el arte de Juber, cuando le tocó recrear las aventuras de Don Diego de la Vega y su enmascarado alterego.

Gracias a Iván por compartir con nosotros este material.


martes, 5 de abril de 2016

Ogú y Mampato en la ciudad azteca


El otro día alguien me pidió que comentara este libro de las aventuras noveladas de Mampato, escritas por una de las hijas de Themo. Es lo que haré en esta oportunidad y que debí haber hecho hace tiempo. Pero bueno, más vale tarde que nunca.

Quienes leyeron el comentario que hice sobre el primero de los libros de Mampato que editó Sudamericana, la historia del Tíbet, recordarán que el libro me pareció bastante débil. Básicamente porque, intentando ser fiel al estilo de las historias que nos narrara gráficamente Themo, cometía una serie de errores un tanto pueriles, como era el abusar de las expresiones graciosas de Ogú, pero simplemente apoyándose en un par de expresiones de aquellas más célebres del gola-gola, utilizándolas inadecuadamente en situaciones en las que no salían muy naturales.

También señalé en aquella oportunidad que faltaba ese toque de genialidad que Themo le imprimía a sus guiones cuando nos sorprendía con esos giros que le daba a la historia en el paso de un episodio a otro y que, por lo general, nos resultaban eso: sorprendentes.

Bueno, en esta segunda entrega de esta nueva colección de las historias de Mampato esos errores no sólo se repiten sino que se agregan otros defectos que hacen de esta breve novela una curiosa pieza de colección pero nada más que eso. En mi opinión, lo peor que tiene esta historia es que nos presenta a un Mampato irreconocible. Simplemente el protagonista de esta historia no parece ser él. Y aporto evidencia de esto.

Para comenzar, en el primer capítulo (página 12 de la edición impresa), se puede leer una afirmación de Mampato respecto a que su hermana Rosita tiene un sentido común que le permite hacer las cosas en el momento oportuno. Por el contrario, Mampato se reconoce allí como "bastante desordenado y acelerado". ¿Puede alguien realmente creer que esas son dos características de nuestro pelirrojo amigo? ¿Vimos alguna vez su cuarto desordenado? ¿Fuimos testigos de que actuara aceleradamente? Al menos a  mí, me parece que no. Más bien diría que Mampato era justamente como toda mamá desearía que fuera su hijo: responsable, ponderado, prudente, estudioso y más bien ordenadito. De manera que, de entrada, esta novela nos retrata a un Mampato desconocido para los mampatinos. Craso error.

Pero además de eso, este Mampato es un individuo relativamente ignorante. Prueba de ello es que cuando cuenta que sus abuelos (no sabíamos que los tuviera) le avisaron a la familia que visitarían una ciudad llamada Tenochtitlán, simplemente Mampato no sabe de qué le hablan. Se trata de "una ciudad con un nombre muy extraño" (página 13) Y agrega, "No sabía dónde quedaba ese insólito sitio" (pagina 13). Nuevamente ¿Alguien creería realmente que Mampato no sabe qué es Tenochtitlán y dónde está ubicada? Basta con saber que va a la escuela, que es estudioso, que tiene alrededor de 14 años y que es ávido lector, para darse cuenta de la falta de verosimilitud de esta novela.

Del mismo modo, en el capítulo 2, página 15, se sorprende cuando sus abuelos le cuentan que en México hay pirámides. La reacción de Mampato  ante esta información es "-¿Pirámides? Pero...¿no fueron a México?". Francamente, no creo que ni siquiera un niño pequeño hoy desconozca que en México y otros países de Centroamética hay pirámides. Máxime cuando este Mampato de la novela no vive en 1968 sino en 2012 pues tiene computador y navega por Internet. Es decir, inverosímil absolutamente el personaje que nos describen aquí.

Más adelante, en el capítulo 4, escucha hablar de los ahuacatl y tampoco sabe lo que son. Está bien, reconozco que podría no saber que se trata de las paltas o aguacates, pero es difícil de creer que así sea, tratándose de quien se trata.

Pero además de ignorante, este Mampato es miedoso. Así, en el capítulo 6, página 38, se asusta cuando le dicen que él y Ogú serán esclavizados por haber cometido una falta. "¿Esclavos? pocas veces he estado más asustado en mi vida". Que yo recuerde, a Mampato le asustó la arpía que se encontró en un desfiladero en la historia del Olimpo, le asustó que Blackie the Killer se enfrentara a un indefenso Ogú en un duelo del Oeste, pero nunca lo vimos asustado ante la amenaza de que sería castigado. No lo consiguió ni siquiera el malvado Ferjus ¿Cómo voy a creer que está muerto de susto porque un azteca le dice que deberá pagar así una falta?

Y agrego más. En el capítulo 7, página 41, señala "la verdad es que me daba un poco de miedo tratar de escapar". Nuevamente, ¿es el mismo Mampato que, actuando con valentía, no con cobardía ni  temeridad, organizaba huidas, fugas y escapes de los más temibles enemigos y lugares?

Del mismo modo, en el capítulo 9, páginas 56 y 57, se conjuga la ignorancia con la cobardía cuando simplemente este desconocido Mampato confiesa que "con un poquitín de susto, le hice a mi amigo una pregunta importante" ¿Y cual era esa pregunta? "-¿Es verdad que se va a acabar el mundo?", a propósito de lo que señala una supuesta profecía azteca. "En verdad tenía mucho miedo", declara el pelirrojo. Evidentemente que el azteca interrogado le dice que no es así pues la piedra del sol, en la que estaría tal profecía, se refiere a un cambio de ciclo cultural. ¡Absurdo! ¡Completamente absurdo que se nos quiera hacer creer que Mampato tiene miedo de una profecía azteca que dice que se va a acabar el mundo! ¡Por favor! Los lectores de Mampato sabemos que no es alguien que haya creído en supersticiones y profecías apocalípticas, ni menos se trataba de alguien miedoso ante cosas así de absurdas. Simplemente me resisto a aceptar a este Mampato que poco y nada tiene que ver con el que conocimos. Y no es que la gente no pueda cambiar. Por supuesto que sí. ¡Es que resulta completamente inverosímil tal tipo de cambio!

Lo que le exijo a un escritor, es verosimilitud. Inclusive tratándose de una narración de hechos extraordinarios o fantásticos, uno espera cierta coherencia, que en este caso tiene que ver no sólo con el carácter de los personajes sino también con el modo en que estos actúan.

Insisto, en esta segunda novela no sólo se cometen los mismos errores de la anterior, con una historia narrativamente muy débil, que repite casi mecánicamente el modelo que vimos en la historia de Rapa Nui pero en versión completamente deslucida. Extremadamente breve y sin ningún elemento que cautive al lector. Francamente, creo que le hace un flaco favor a la preservación de la obra de Themo. El que aparezca él como autor es casi una ofensa ¿Habrá sabido lo que estaba publicándose con su nombre? Probablemente no del todo.

Y si la razón de estas situaciones que nos narra es que se trata de una novela infantil para público infantil, creo que es doble la falta. Básicamente porque es suponer que los niños son ignorantes y estúpidos. Al menos yo, estoy convencido que las historietas de Mampato eran lo suficientemente inteligentes como para que la disfrutaran por igual grandes y chicos. Aquí se aplica aquella frase de la revista Tintin, en el sentido que está dirigida a jóvenes entre 7 y 77 años.

Un último comentario sobre los dibujos. Según la información que aparece en el libro, los dibujos son de Themo. La verdad es que lo dudo. No reconocí en ellos a Themo. Para nada. Más bien todo indica que los dibujó quien figura como colaboradora en las ilustraciones, Rommy Rivera. Habría sido mejor que se reconociera esa autoría de los dibujos y que se señalara que Themo los inspiró, los sugirió, dio las ideas o lo que sea que haya hecho. Lo que tengo claro es que los dibujos no los hizo él. Esto suena un poco a estafa.

Bueno, lamento haber sido tan duro en mi comentario pero es que de verdad me pareció una tomadura de pelo. Dudo inclusive si para un coleccionista fanático valga la pena tenerla. Y eso que yo la tengo en papel y en formato Kindle. Así y todo, me defraudó completamente esta veta del negocio que busca explotar económicamente (lo que no está mal) la obra de Themo.

Sólo espero que se editen las obras genuinas del maestro y que sea con la calidad esperada por todos quienes admiramos su trabajo. Esto otro, mejor olvidarlo.

Para los que han pedido imágenes, les agrego las siguientes que tomé directamente de la versión digital de Kindle. Podrán apreciar que el estilo de dibujo claramente indica que no es obra de Themo.











domingo, 3 de abril de 2016

Pobre Diablo N° 5 (1945) [Ele Eme Ve]


Estimados amigos, pido disculpas de antemano por el menor ritmo de renovación de los artículos del blog pero el regreso del año laboral me ha tenido demasiado ocupado. Espero irme adaptando de modo que pueda retomar la frecuencia que traía para preparar nuevo material para el blog. Hay harto aún que publicar.

Bueno, pedidas las disculpas, les cuento que nuestra colaboradora Ele Eme Ve y su esposo, nos envían este número muy antiguo de la también muy antigua revista Pobre Diablo. Le daré la palabra a Ele Eme Ve para que nos hable acerca de esta revista:

“Pobre Diablo N° 5, Editado por Editorial Zig-Zag en  Santiago de Chile, el 10 de diciembre de 1945.
La revista Pobre Diablo estaba dirigida al público masculino y fue publicada entre los años 1946 y 1952. Era la época de los pin-ups y Pepo recogió la estética picaresca del período
Nace en Chile, y la edita y publica la Editorial Zig-Zag, su primer número tiene fecha de publicación el 12 de noviembre de 1945. También la revista circula paralelamente en la República Argentina.
Entre los muchos e importantes dibujantes que fueron desfilando por sus páginas destacaron, aparte del gran René Ríos Boettinger (Pepo), los maestros del humorismo picaresco y también del humor político, como lo demostrarían en la hoy ya tradicional y mítica revista Topaze, los inolvidables Luis Goyenechea Zegarra (Lugoze), Luis Sepúlveda Donoso (Alhué), Juan Francisco González Ramírez(Huelén), Juan Gálvez Elorza (Fantasio), Mario Alfonso Gálvez Elorza (Ares), Mario Torrealba del Río (Pekén) y Manuel Tejeda (Mono).
Como se señaló anteriormente, la revista Pobre Diablo, era de carácter humorístico-picaresco, y surge con casi el mismo plantel que realizaba Topaze, todos ellos dirigidos por Pepo, que aparte de ser el director, era además el encargado de las portadas y la revista en sus contraportadas llevaba dibujadas hermosas mujeres que eran verdaderas obras maestras a cargo del genial ilustrador peruano residente en los Estados Unidos, quién es tal vez el más grande dibujante de pin-ups de todos los tiempos: Alberto Vargas, que a veces firmaba sus dibujos como Varga sin la ese final de su apellido. Volviendo a René Ríos (Pepo), él fue quien creó al personaje que daba nombre a la revista, se trataba de un diablo rojo con tridente y todo el ícono que caracteriza a éste personaje popular, el que convivía con los humanos pero que siempre salía mal parado en sus incursiones en nuestro mundo y se llamaba Pobre Diablo, lamentablemente su duración en la revista no fue permanente en el tiempo. Pepo realizó además numerosas contraportadas de la revista con caricaturas de bellas chicas. Siempre, todos los dibujos siempre llevaban una pequeña frase o comentario acerca de la bella mujer dibujada por Varga y también cuando era caricaturizada por René Ríos.
Además Pepo, dando muestras de su extraordinaria capacidad de trabajo, dibujaba a su personaje Don Rodrigo, se trataba de una armadura que se encontraba en una elegante mansión. Era poseída por el espíritu de un caballero, muy galante, quién hacía a la armadura hablar, moverse y protagonizar cómicas aventuras en un chiste usualmente desarrollado en 4 viñetas.
Las nuevas series de historieta picaresca son muchas, algunas en páginas centrales, que eran a color, sin perjuicio de una o dos páginas de copia de revistas extranjeras, situación que no se mantenía en secreto, ya que se publicaba en una sección con el nombre de “Aquí Tijereteamos” en una clara alusión a que los gags eran “recortados” de publicaciones foráneas.
El dibujante Mauro Cabrera crea a un bebé muy precoz, Cachito, que no se veía dentro de su coche. Pero son, sin duda, sus dibujos o ilustraciones de Nuestras queridas enemigas, unas bellas bañistas, lo mejor de su trabajo.
Pobre Diablo continuará publicándose hasta el 27 de diciembre de 1952, ya que, en su N° 373, se despide, aunque la razón fue sólo por problemas la escasez de papel que hubo en Chile en aquel año.
Paradójicamente, cuando la imagen de Marilyn Monroe posando desnuda, fue publicada en la contraportada del N° 361, el 4 de octubre de 1952, comenzaron los problemas. Ocurre que la foto le había sido enviada a Pepo por su amigo, el famoso locutor chileno Raúl Matas, que por esos años trabajaba en la ciudad Nueva York. Esto trajo como consecuencia que la revista se agotó completamente y aquí un dato curioso: incluso en el ejemplar que se encuentra en los archivos en la Biblioteca Nacional no existe la contratapa correspondiente, por esta misma situación se presentó una querella por ofensas a la moral en un tribunal de Valparaíso. A raíz de  este hecho, Pepo estuvo a punto de ser detenido y ante tal situación los editores optaron por terminar con la publicación de la revista. No obstante la edición correspondiente a la que circulaba en Argentina y que era realizada en su práctica totalidad  con dibujantes argentinos se siguió publicando hasta finales de 1956.
De los últimos años de la edición chilena, destacamos que varios de los personajes ya citados, sus aventuras continuarán en otras revistas y en diarios. Pepo crearía a su mordaz  Víborita, que continuaría por largos años en otros medios, principalmente en la querida y recordada “El Pingüino”.


Muchas gracias a ambos por este estupendo aporte.