lunes, 24 de septiembre de 2018

Disneylandia 189 [Mayoneso]


Sumo un nuevo número de Disneylandia para la colección personal, aunque su ex-propietario era la misma persona de otro de los que compartí hace unos días: Luis Eduardo Berroeta Arriagada. Busqué a esta persona en Google y resulta que es director en un liceo de Aysén. No sé cómo es que sus revistas llegaron a manos de un comerciante del persa Biobío pero a mis manos llegaron porque las compré, justamente, a ese comerciante del persa. 

Bueno, la primera historia que aparece es, una vez más, del extraordinario Carl Barks. Está editada a 1920 pixeles, para que la disfruten como se merece.



2 comentarios:

MaGoTo dijo...

Muchísimas gracias, Mayo,
Me descargue todas dsras revistas y pude leer todas las aventuras de Carl Barks. El resto solo lo miré, la verdad, las aventuras de Barks eran muy bien desarrolladas y con harta imaginacion, del resto era muy poco lo que se podía rescatar tanto como dibujo como por desarrollo de la historia.

Esta en particular, no la había leído. El personaje que se burla de Donald creo que es el vecino con el que siempre peleaba.

Cabe destacar, que a Barks solo se le entregó a Donald y se encargo desde el primer número de la creacion de casi todos los personajes secundarios. Los sobrinos, tio rico, giro sintornillos, glad consuerte, Daisy, etc.

Lo que me llama la atención, es casi la mayoria de las aventuras de Barks poseían una estructura de desarrollo en 10 páginas.

Jaime Ibarra Arancibia dijo...

Qué buena!!! jajaja, pobre Donald a veces es como Máximo Chambónez con tantas dificultades por las que pasa. ¿No tienes por casualidad una de Barks, con Giro Sintornillos, en que Donald y los chicos prueban un invento de Giro donde se conectan e imaginan que viajan a las estrellas? Cada estrella que conocen es más grande que la anterior y Donald les aprovecha de enseñar a los chicos las gigantescas proporciones que tendrían las cosas conocidas allá... los saltamontes, las gotas de rocío, etc. Me encantó esa historia cuando la leí de niño y no la he vuelto a encontrar. Saludos y gracias nuevamente Mayoneso.