En la actualidad no cabe duda de que el manga es una de las expresiones dominantes en el noveno arte. Es cosa de entrar a cualquier buena librería en Europa para constatarlo, así como se puede constatar en la presencia que tiene el manga en las comunidades en que se comparten historietas en Internet, como sucede con el CRG. De los aportes diarios en el foro del CRG, yo diría que cerca de la mitad o más corresponde a manga. Lo mismo ha sucedido desde hace años en el foro de Emulebdz, el hermano francés del CRG.
Mis hijos son buenos lectores de historietas, pero lo que más leen es manga. Y entre los libros que han llegado a mis manos algunos me han gustado mucho, como los de Taniguchi que he compartido aquí en el blog, y otros me han simplemente dejado perplejo, como sucede con el que comparto hoy.
Se trata del libro Utopías, del mangaka japonés Shun Umezawa (1978) quien es más conocido por una historia titulada Bajo un cielo como unos pantis, de 2017, y por una serie que está aún en curso titulada El incidente Darwin. El libro que comparto hoy fue publicado en 2006 y reúne una serie de relatos que me resultaron inclasificables. Sabía que era un libro de un autor reputado y que tenía muy buenos comentarios, de modo que comencé a leerlo. Sin embargo, mi perplejidad se produjo desde que me enfrenté a las primeras páginas porque no sabía si se trataba de una muestra más de la retorcida mente que le atribuyo, injustamente quizás, a los japoneses, o si se trataba de algo que simplemente yo no estaba entendiendo. Le pregunté a mi hijo mayor y me dijo que no era lo que yo creía que era; es decir, no se trataba de una muestra más de sadismo o de perversión de japoneses demasiado habituados a las excentricidades en materia de sexualidad. De hecho, ni siquiera era un libro considerado erótico o algo semejante. Simplemente se trataba de una serie de relatos que mezclaban algo de ciencia ficción con fantasía y crítica social. Una especie de caricaturización de tendencias culturales que nos pueden llevar a situaciones que a los más viejos nos parecen extremas.
Con esa información volví a intentar leer el libro y debo decir que me pareció interesante. Me sigue costando apreciar algunas de las historias, demasiado fuertes para mi sensibilidad formada en el siglo pasado, pero diría que vale la pena leerlo. Inclusive si el orden de lectura sea el japonés, esto es, de derecha a izquierda.
Les dejo las primeras páginas de la primera historia, aquella que me dejó perplejo. Quizás no les produzca lo mismo, pero pienso que el libro en su conjunto no los va a dejar indiferentes.
La edición digital corrió por cuenta del compañero Pepe 1983, del CRG. Está en alta definición y se puede leer muy bien en cualquier dispositivo. Que disfruten, o al menos que les resulte interesante, esta curiosa historieta.
1 comentario:
en la gran mayoría del manga en japón, se sexualisa mucho a la mujer, ha veces hasta la humillan es vergonzoso, no soy santo, pero prefiero lo de antes, que no enfermaban la mente juvenil.
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