Desde hace agunos años ha habido una suerte de revaloración de los pueblos nórdicos que conquistaron importantes reinos europeos a contar del siglo VIII. Series de televisión y novelas ambientadas en esos años han proliferado. De hecho, el año pasado me leí la saga completa de Bernard Cornwell, "Sajones, vikingos y normandos", sobre la conquista de Gran Bretaña en el siglo IX y la defensa que emprende el rey Alfredo el Grande. Son trece volúmenes que recomiendo a ojos cerrados.
En Mampato leímos la aventura del pelirrojo y su amigo Ogú en la historia sobre los vikingos, considerada una de las mejores de las aventuras de Mampato y Ogú. Y en la historieta franco-belga, en los años ochenta conocí las aventuras de Thorgal, que han dado origen a una larga serie, con sagas adicionales, que se mantiene vigente hasta el día de hoy y cuyo primer volumen integral de la historia principal comparto hoy.
En mi biblioteca tengo todos los volúmenes de esta edición integral que se han publicado en castellano, que son nueve, y hace tiempo que quería escribir sobre ella aquí en el blog. En algunas entradas hemos comentado algunos notables episodios de la serie Thorgal, pero hasta ahora no le había dedicado una entrada completa.
Thorgal es creación del célebre, talentoso y prolífico guionista belga Jean Van Hamme (1939) y del dibujante polaco, pero avecindado en Bélgica, Grzegorz Rosinski (1941). Ambos dieron vida a esta extraordinaria, maravillosa y querida serie a fines de los setenta en la revista Tintin y que comenzó a publicarse como álbum independiente a partir de 1980.
El protagonista es Thorgal Aegirsson, aparentemente un joven guerrero vikingo enamorado de la joven Aaricia, hija de Gandalf el loco, que en su búsqueda de la felicidad más simple, que es vivir en paz junto a su amada esposa, se ve enfrentado a fuerzas terrenales y supraterrenales que permanentemente lo están acechando.
La serie tiene varios ingredientes que la hacen atractiva, más allá de lo obvio que es la gran calidad de Rosinski como dibujante y de Van Hamme como guionista. Sucede que el universo de esos valerosos y temibles pueblos se despliega en todo su esplendor aquí, así como los exuberantes paisajes de esas tierras del norte de Europa. Pero también la vuelve muy atractiva el que la mitología nórdica tenga un lugar tan central, con sus dioses, con sus distintos territorios y con todos aquellos elementos simbólicos que constituyen las creencias ancestrales de los pueblos nórdicos. Sin embargo, hay un ingrediente que aparece en la serie desde el segundo volumen y que la distingue de cualquier otra del mismo género. Me refiero al elemento de ciencia ficción que, sin ser protagonista, le otorga un sello especial, aunque desde el punto de vista del rigor científico es más que discutible.
Esta grandiosa serie tiene momentos sublimes, constituidos por dos o más álbumes que conforman una cierta unidad a lo largo de la serie. Entre ellos está la saga del país Qâ, que es una d elas más queridas por los lectores de Thorgal. Dentro de esos diversos guros argumentales que caracterizan a la serie, yo destaco también la maravillosa historia de "El señor de las montañas", que es una de las mejores historias sobre viajes en el tiempo que he leído.
El primer álbum fue originalmente un conjunto de relatos breves, con un hilo argumental que les daba continuidad, y en el que el dibujo de Rosinski era algo más simple y caricaturesco que el que le imprimirá a la serie a partir del segundo volumen. Así, este primer volumen integral está constituido por los cuatro primeros álbumes: "La maga traicionada", "La isla de los mares helados", "Los tres ancianos del país de Arán" y "La galera negra". Además, al final de cada tomo viene un dossier muy interesante sobre la serie y sobre los álbumes que componen cada uno de los nueve tomos de esta edición integral.
La primera vez que leí el álbum "Los tres ancianos del país de Arán", me llamó la atención una escena que encontré muy similar a una que aparece en "Mampato y Ogú en la corte del Rey Arturo" y en la que se encuentran con un enanito que les advierte sobre el bosque de Sinstair, donde habita un terrible ogro. En la historia de Thorgal, también aparece un enano, que también salta desde un árbol, pero no para advertirle a Thorgal y Aaricia sobre un peligro, sino para invitarlos al país de Arán.
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