domingo, 4 de mayo de 2014

Julio Berríos: Pichinahuel y Taori [Mayoneso]



Estimados amigos, hace unos días nos juntamos con Mambrú en la cafetería de la Biblioteca Nacional para conversar sobre nuestra común afición por el noveno arte. Y hablando sobre la historieta chilena, ambos coincidíamos en que uno de los mejores y más grandes dibujantes que ha habido en Chile es Julio Berríos (1931), a quien conocimos en las páginas de la revista Mampato a través del joven guerrero maya, Tolák. También leímos su historia "El valle feliz", de tintes apocalípticos, y conocimos varias de las ilustraciones que acompañaron algunos artículos de Mampato.

Quien más ha recordado aquí la obra de Julio Berríos (Juber) ha sido nuestro amigo Fran Solo, para quien Juber está entre los más grandes dibujantes e ilustradores chilenos. En lo personal, no puedo sino estar de acuerdo con Fran Solo a este respecto. Es realmente increíble que alguien que fue básicamente un autodidacta, pudiera llegar a dominar con tal maestría los secretos del dibujo. Basta con prestar atención a sus viñetas, las que destacan por la precisión en el dibujo de la anatomía humana y animal, la rica composición y el excelente uso de la pluma. Recordábamos con Mambrú aquella pista que nos dio Fran Solo para identificar cuándo se estaba en presencia de un buen dibujante: las manos. Y ciertamente, algunos renombrados dibujantes son incapaces de dibujar medianamente bien la anatomía de la mano. No es el caso de Julio Berríos, quien se destaca, como dije, por la calidad de su dibujo. Personalmente, su estilo me parece muy similar al de Paul Cuvelier, el autor de Corentín. De hecho, es uno de los dibujantes preferidos de Berríos, de modo que no es de extrañar que se pueda reconocer cierta influencia suya en su obra.

 Hace unos años, el sitio Ergocomics publicó un estupendo libro sobre Julio Berríos, el que lamentablemente es casi imposible de hallar en las librerías. Lo busqué por años, hasta que Mirolo pudo conseguirme un ejemplar en Viña del Mar. Ese libro trae una interesante entrevista a Berríos, en la que queda de manifiesto su enorme humildad -característica habitual en los grandes hombres- y la seriedad con la que asumía su labor como dibujante. Como también sucedía con Themo Lobos, Julio Berríos se preocupaba hasta de los más mínimos detalles de las historias que iba a contar. Es un apasionado de la cultura de los pueblos originarios y por eso esas historias son tan bien logradas en sus dibujos y en sus guiones. Para muestra, tomé dos historias que vienen en el libro de Ergocomics. La primera es sobre un joven mapuche que se llama Pichinahuel. Es realmente una joya admirable. Se publicó en la década del noventa en una revista de El Mercurio que se llamaba "Dos puntos". Yo la verdad es que no la conocí, pero si alguien aún la conserva, podría compartir con nosotros el material de Julio Berríos que allí se publicó.


La otra historia es más breve y tiene como protagonista a la cultura polinésica. Es una historieta originalmente publicada en el suplemento "Historietas", del diario La Tercera, a comienzos de los ochenta. Al igual que Pichinahuel, se trata de una historia muy bien documentada y en la que Berríos no deja nada a la improvisación. Da realmente gusto leer historias así de bien hechas. El mismo Juber sostenía que no le gustan los dibujos chapuceros, muchos de los cuales encontramos en abundancia hoy en día. En fin, realmente un maestro del noveno arte.


Buscaré más material de Julio Berríos en la revista Alacrán, donde también colaboró. De hecho, ahí se publicó la historia de los piratas que Mirolo compartió con nosotros hace un tiempo y que aparece también en esta edición de Ergocomics. También fue dibujante de series muy conocidas que se publicaban en la antigua Editorial Zig-Zag, en Quimantú y en la posterior Gabriela Mistral. Jungla, Zorro y otras similares, conocieron de las habilidades de Berríos. Lamentablemente, la calidad de las digitalizaciones de esos ejemplares que circulan en Internet es más bien baja. Buscaré revistas de esa época en la que venga la mano de Berríos para poder compartirlas aquí en el blog en una calidad que esté a la altura de la calidad del artista. En estos casos, los guiones no eran suyos. Lo mismo sucedió con algunas series que dibujó para el mercado anglosajón.

El mérito de las dos series que comparto hoy, es que son enteramente fruto de la imaginación y de la técnica de Berríos. Disfruten de una buena tarde de domingo con un artista como Juber, quien desde su casa en Conchalí, seguramente recuerda con la misma nostalgia que nosotros esa época en que dibujar no era hacer mamarrachos, y contar una historia requería de un enorme trabajo de investigación.

Ambas están digitalizadas en alta resolución y editadas con todo el esmero que merece un autor como Julio Berríos.



7 comentarios:

Nelson dijo...

una de las cosas que admiro de Berríos es el detallismo de sus dibujos. Se ven tan sólidos que parece que los fueras a tocar en tercera dimensión. Interesante el dato de las manos, me gustaría que alguien imparcial juzgara mi destreza en el retrato de estos esenciales órganos, pues uno no es buen juez de uno mismo, de hecho, mi sobrino me señaló una vez que dibujé un pulgar invertido en un personaje. es que las manos son complejísimas por su versatilidad y por su importancia en transmitir emociones.

Quedo agradecido por los envíos, profe. Recuerdo que no pude terminar la leyenda de Taori cuando salió en la tercera. Ahora me desquito. Un abrazo agradecido.

Mambrú dijo...

Muchas gracias, estimado Manganeso. Estas dos historietas confirman la maestría de Julio Berríos. Aunque la de Taori da la impresión de ser la introducción o primer capítulo de algo más largo. ¿Sabe, alguien, si luego Juber la continuó? Yo tenía una vaga memoria de Pichinahuel -que ahora he actualizado-, ya que la leí en la revista "Dos puntos".
Tendremos que dar con algún ejemplar de los números que alcanzaron a aparecer de esa revista. Según acabo de leer en una entrevista al propio Juber, esa revista no era del Mercurio, sino que fue una iniciativa de Vittorio di Girolamo y Themo, para volver a intentarlo con una publicación al estilo de Mampato, y -según confiesa el propio Berríos- por la preocupación de di Girolamo de que los buenos dibujantes chilenos tuviesen trabajo. Recuerdo que los personajes centrales de esa revista eran Paty y Toño, de Themo, en una suerte de copia de Mampato, porque conocían a un científico loco que los enviaba al pasado gracias a una máquina del tiempo. Recuerdo al menos dos de sus aventuras (que eran bastante más cortas que las del propio Mampato): un viaje al momento del descubrimiento de América, y otro al de la conquista de Chile por Pedro de Valdivia. Al final de sus aventuras, Paty y Toño se alejaban del lugar donde estaba la máquina del tiempo y se perdían "como DOS PUNTOS" en la inmensidad del paisaje. La verdad es que, como modo de vincular los personajes principales con el título de la revista, resulta bastante forzado.
Sería interesante poder saber qué otras historietas aparecieron en "Dos puntos". Mis recuerdos de ella son completamente borrosos, y tienden a confundirse con la revista "Pimpin".
Un saludo
Mambrú

Nelson dijo...

Yo conocí a Patty y Toño en ejemplares de Cucalón donde Themo los reeditó. No he visto ejemplares de la revista dos puntos en mis cacerías revisteras, no sé si miro mal o son muy escasas.

Mayoneso dijo...

Revisé los 11 números que tengo de la revista Alacrán y las únicas historias de Julio Berríos que allí se publicaron fueron la de los piratas y la del valle feliz. Ambas escaneadas y compartidas en el blog por Mirolo.

De la revista "Dos puntos" no tengo ninguna noción. Si se publicó a comienzos de los noventa, la verdad es que ni me enteré. Solamente recuerdo haber comprado en esa época la revista Pimpín pero no esa revista "Dos puntos".

Nelson dijo...

Creo que la dos puntos es ochentera.Parece que fue la que dirigía la hija de pinochet y donde Themo se aburrió de que lo registraran unos gorilones cada vez que venía a dejar sus trabajos. De todas formas duró poquísimo, quizá tres números.

Ikerón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ikerón dijo...

Estimado Mayoneso:
Soy asiduo a tu página, aunque aún no he podido colaborar contigo. Hace poco me encontré con este artículo sobre Julio Berríos o Juber y llegué a él gracias a que buscando información sobre las antiguas historietas de Zorro, me entero que este gran dibujante fue autor de algunas de las mejores historias de esa revista (tanto en guión como en dibujo). Tengo varios números en formato cbr, avísame si te interesan como colaboración o incluso puedo mandarte una selección de su trabajo. Un gran saludo