Otro número de Mampato, para leer en algún momento de distensión. Hoy, que hay dispositivos móviles y laptops ultra livianos, es más fácil disfrutar de una lectura como ésta al acostarse. Yo desde niño me llevaba a mi velador un cerro de revistas. Por supuesto que con suerte alcanzaba a leer un par de ellas. Pero apenas estaba amaneciendo, agarraba mis revistas para continuar la lectura.
Hasta el día de hoy suelo llevarme a la cama varios libros o varias revistas, como si me las fuera a leer todas. La verdad es que es una manía, pero que se hace más llevadera con el formato digital. Lo que hago ahora es cargar varias revistas o libros en mi iPad y disfrutar de ellas antes de dormir. Y estas ediciones de Mampato son fantásticas desde ese punto de vista. En una tablet con buena pantalla, se ven extraordinarias.
Pero bueno, en este número pueden apreciar una portada realizada por Oskar. A primera vista parecería curioso cómo Oscar Vega tiene estilos tan distintos. Quien viera esta portada, no adivinaría que se trata del primer dibujante de Mampato. Pero supongo que es porque en el reportaje al que alude esta portada incluye varias ilustraciones que seguramente Oskar debió copiar. Salvo que esas ilustraciones también sean de su autoría. En todo caso, es cierto que Oskar parecía moverse entre distintos estilos de dibujo. Recuerdo esa historia de cómo se hace un programa de televisión, en el que el estilo era también completamente diferente a lo que le conocíamos. O se trata de versatilidad, o de falta de identidad. Me inclino más por lo primero ¿qué piensan ustedes?
En este número viene una historieta de ciencia ficción que se titula "El caso del profesor Storg" pero que no sé a quién pertenece. Pensé que era de Lincoln Fuentes, aunque no puedo asegurarlo. Alguien con mejor ojo que el mío podría ayudarnos a saber de quién se trata.
También disfrutarán de la continuación de la historieta sobre el motín de Figueroa, la historieta de Mampato en el Oeste, un reportaje sobre la mina "El Teniente" y el de la guerra de la independencia de Cuba, que es a lo que se refiere la ilustración de la portada.
El mampatograma, como siempre, viene limpio. Y la revista está editada en alta definición. Realmente es un agrado leer nuestra recordada revista. Nunca me cansaré de leerlas y releerlas. No sabría decir cuántas veces me he leído cada uno de los ejemplares de Mampato, pero deben ser muchísimas. Y como les contaba, esta noche carguen en su dispositivo las que más les gusten y podrán disfrutar con una entretenida e interesante lectura. Les aseguro que soñarán con grandes aventuras. Ah, y los que antes han de cumplir con sus deberes maritales, en lugar de posteriormente fumarse un cigarrito, mejor leen un buen Mampato. Mens sana in corpore sano.