viernes, 26 de febrero de 2021

El Incal Integral [CRG]


 

Hace años que había pensado en incluir en el blog esta conocida serie de Alejandro Jodorowsky y Moebius, realizada entre 1980 y 1988, aunque no sé por qué nunca lo concreté; hasta hoy. Puede ser que una de las razones haya sido que me costó mucho leerla en su integridad pues siempre la abandonaba al tercer o cuarto álbum. La explicación se encuentra, seguramente, en mis prejuicios hacia la voladas esotéricas, iniciáticas y metafísicas de Jodorowsky, lo que he comentado con ocasión de otros temas aquí mismo en el blog hace años. Aunque series como Bouncer o Los Borgia me han gustado mucho, la historia de El Incal me cargó desde el comienzo. Como digo, nunca fui muy dado a esas exploraciones iniciáticas ni al chamanismo ni nada por el estilo, razón por la cual nunca enganché completamente con esta saga. Sin embargo, el dibujo de Moebius siempre me cautivó, razón por lo cual concluí que mi problema con El Incal es Jodorowsky y no Moebius, porque en esta serie el dibujante francés despliega todo su talento creativo, del que se dice que muchos otros creadores tomaron ideas, como se supone que hiciera el realizador Ridley Scott en su versión de la novela de Philip K. Dick.


En todo caso, estoy exagerando porque, salvo la última parte del tercer álbum ("Lo que está abajo") y las voladas del álbum siguiente ("Lo que está arriba"), los demás álbumes los disfruté en lo que respecta tanto al dibujo como al guión. Pero es cierto que mi primera reacción cuando leí esta serie por primera vez fue que eran puras chorradas, como dicen los españoles. Hoy no diría eso sino que más bien diría que se trata de una serie cuyo guión no es de fácil consumo. Tal como sucede con quienes gustan de las historietas de superhérores, habrá quienes encuentren que esta historia es simplemente una delicia, y habrá quienes la encontremos bastante tirada de las mechas, como decimos en Chile.

Sobre El Incal se ha dicho y escrito tanto que, francamente, no sabría qué cosa nueva aportar. Quizás discrepar de quienes sostienen que en ella se nota que ha sido escrita por un chileno porque habría un sentido del humor que sólo los chilenos entenderíamos. Yo, francamente, no sé dónde está eso porque no logro verlo por ninguna parte. De igual modo, he escuchado decir que estas voladas esotéricas que Jodorowsky metió en esta serie, son la expresión de la influencia de los mitos y creencias del campo chileno. Al respecto, que yo sepa, Jodorowsky nació en Tocopilla y luego se vino a vivir a Santiago y de ahí saltó a Francia, de modo que las historias del tuetué y demases no creo que siquiera las haya asimilado. Similitudes con mitología popular del campo chileno me parece que es simple coincidencia o chamullo de algún comentarista.

Como yo lo veo, El Incal es una historia de ciencia ficción que tiene  evidentes influencias de las ideas que Jodorowsky ha expresado acerca de la vida, el cosmos y el ser humano. No hay eb ella ni una filosofía de la historia ni tampoco una determianda antropología o una sociología. Hay, desde luego, referencias a la sociedad de masas, como el papel que en ella juegan los medios de comunicación, especialmente la televisión; así como hay alusiones a las formas en que opera el poder político y el poder religioso. Pero, básicamente, se trata de una historia que se asemeja más a una experiencia mística que a una descripción analítica de nuestro tiempo o de nuestra sociedad.

He escuchado a grandes dibujantes y escritores señalar que El Incal los influyó enormemente, y no dudo de eso. Gabriel Rodríguez, por ejemplo, lo contaba en una entrevista que le hicieran hace un par de años. Lo mismo sucede con algunos otros artistas de la industria del cómic estadounidense, que se pueden ver en varios de los muchos documentales que hay sobre El Incal y la obra de Moebius.


Es sabido que en El Incal, Jodorowsky y Moebius volcaron las ideas desarrolladas en el fallido intento del creador chileno de llevar al cine la famosa novela de Frank Herbert, Duna. Ese ambicioso proyecto cinematográfico que tendría entre sus protagonistas a Mick Jagger, Orson Wells, David Carradine y Salvador Dalí, entre otros. Este último le costaría a Jodorowsky la friolera de cien mil dólares diarios, pero había aceptado protagonizar a uno de los personajes. Y la música sería de Pink Floyd, nada menos. Como es sabido, el proyecto no se pudo llevar a cabo y ahí quedó todo el material realizado por Moebius y otros, como Chriss Foss, fue reutilizado para dar vida a El Incal, dle mismo modo que Foss dio vida al Alien de Ridely Scott. Se dice que el propio George Lucas habría tomado varias ideas de l proyecto de Jodorowsky para usarlas en su saga de Star Wars. Como haya sido, lo fundamental es que tanto Jodorowsky como Moebius vieron en El Incal una forma de realización de ese ambicioso y fallido proyecto de hacer de Duna, la más grande, larga y cara película de ciencia ficción jamás antes filmada. No obstante, quienes hayan leído la novela de Herbert sabrán que la trama no es la misma que la de El Incal, aunque la estética de la fallida película es la que encontramos en la famosa historieta.


Pero volviendo a mi lectura de El Incal, alguna vez llegué a la conclusión de que esta serie habría sido fantástica si, en lugar de Jodorowsky, el guionista hubiese sido el propio Moebius. Lo digo porque las obras de Moebius que forman parte de este mismo universo, como Arzach, o similares, como El mundo de Edena, me gustaron tanto o más que El Incal. Evidentemente, Jodorowsky es un gran guionista y un gran artista que tiene méritos de sobra, sin duda, pero me habría gustado que el guión lo hubiese hecho Moebius, sin la enorme influencia que Jodorowsky ejerció sobre él, desde luego. Porque eso de que al escribir el guión de El Incal Jodorowsky entraba en trance y se comunicaba telepáticamente con el psiquismo de Moebius, como lo cuenta el propio dibujante francés, me parece que tiene que ver más con los típicos procesos de control mental que ocupan los líderes sectarios o los fanáticos religiosos, que con un determiando proceso creativo. Aunque bien puede ser también consecuencia del excesivo consumo de marihuana y de alucinógenos, a lo que Moebius (no sé si Jodorowsky) estaba muy habituado. Como sea, un Incal con más Moebius y menos Jodorowsky quizás hubiese quedado mejor. Y ojo, que no soy de los que dicen que Jodorowsky es un simple charlatán. Tiene bastante de charlatán, como he contado a propósito de aquella vez que lo fui a ver a la Feria del Libro de Santiago cuando analizaba los chistes de Álvaro Salas, pero es un tremendo creador. No cabe duda.

No he dicho nada de John Difool y los restantes personajes de la serie porque me tomaría mucho tiempo hablar de ellos sin decir las típicas cosas que se han dicho en la infinidad de comentarios y críticas que he leído. Sólo quisiera decir que, en parte, me identifico más con ese detective privado clase R que con cualquiera de los demás personajes. Difool me parece el más normal de todos, dudando siempre de las profundidades metafísicas del discurso y queriendo salir de esta enredada historia en que se ha metido sin quererlo. De hecho, al inicio pensaba entregarle no más el Incal a los jorobados de su ofididad y asunto arreglado. A Difool le pasa un poco lo que le pasa al Stalker de la película de Tarkovski, que no logra comprender a sus compañeros de viaje (el físico y el escritor, en la película del director ruso) y es alguien que representa bien ese sentido común frente al cual el discurso científico, el discurso filosófico o el discurso metafísico no logran convencer del todo. 


Bueno, dejemos para la sección de comentarios las demás opiniones y reacciones que nos suscita esta obra. Si se trata de una obra sobrevalorada o no, es algo debatible; lo mismo respecto a si es la obra más importante de Moebius o no. Como fuera, vale la pena leerla. Yo tengo la edición de Norma, que es en un tamaño más reducido de lo habitual. La versión que comparto aquí corresponde a la edicion de Reservoir Books, que también trae los colores originales de la edición de Norma que tengo yo, pero que incluye una larga sección sobre los mistero de El Incal, al modo de un extenso glosario en el que Jean Annestay y Cristophe Quillien intentan dar las claves de los seres, cosas y eventos que forman parte de esta serie.

El trabajo de digitalización lo hizo el compañero jbabylon5, del CRG, a quien extiendo mis agradecimientos por permitir leer esta historieta en tan buena calidad. El trabajo le ha quedado estupendo. Insisto en los agradecimientos porque me consta que hay inescrupulosos que no sólo toman trabajos de digitalización realizados por otros para publicarlos como propios en sus blogs sino que, además, hasta les borran las referencias respectivas cuando, por ejemplo, se trata de traducciones en las que no sólo alguien se dio el trabajo de digitalizar y editar sino, además, de traducir ante la ausencia de traducciones al castellano. Uno de los problemas de nuestra sociedad es que hay muchos parásitos acostumbrados a vivir del trabajo ajeno y lo peor es que muchos de ellos pasan por personas progresistas y con sensibilidad social. En fin, por eso me parece importante reconocer el gran trabajo realizado por jbabylon5 en este caso y por todo el trabajo que realizan los compañeros del CRG. Que disfruten esta serie y ojalá podamos comentarla en sus diversos aspectos.

Descargar El Incal Integral


8 comentarios:

Nelson dijo...

Bueno, gracias por esta extensa obra. Se agradece el tiempo invertido en escaneo y edición. De verdad no podría comentar nada nuevo sobre el Incal que no se halla comentado antes en tanto artículo dedicado al tema. Sólo acoto que me sigue haciendo gracia lo pretencioso que fue el "Jodo" en su producción de Dune. Eso de contratar a Orson Welles, a Salvador Dalí... era como para que el financista le diera chuleta en las nalgas al estilo condorito, ¡por favor! Fue como si yo dijera que voy a filmar el Señor de los Anillos con Bruce Lee, Marilyn Monroe y Elvis Presley. Yo leí los detalles en una de las tantas autobiografías del propio Jodorowsky, y no se de fuentes externas que confirmen sus relatos. Lo positivo de su historia es la lección de reinventar cuando un camino se te cierra. Ese sí es un consejo sabio que me ha servido mucho en mi vida.

Como leí una vez en el Facebook: "Nunca cuento a nadie mis proyectos. Así nadie sabe cuantas veces he fracasado".

Mayoneso dijo...

En el documental que se hizo hace poco sobre la versión de Duna de Jodorowsky, hay varios testimonios que señalan que, efectivamente, Dalí había aceptado trabajar en la película. No recuerdo en el caso de los demás pero algo había. No eran simples delirios de Jodorowsky.

Nelson dijo...

En su libro "El maestro y las magas", creo, pone eso y que quiso contratar a Orson Welles para el papel del Barón Harckonen. Fue a verlo a un restaurant parisino donde guardaban como reliquia una silla que el director quebró por lo gordo que estaba.

Mambrú dijo...

Gracias, Mayoneso. Muy interesante tu introducción a esta historieta. Yo, la verdad, soy de los que piensan que Jodorowsky es un charlatán de tiempo completo... Tampoco lo he leído demasiado (El Incal, alguna de sus prolongaciones, Bouncer, y poco más), pero es que no puedo soportarlo. Sus guiones me parecen delirantes (pero sin genialidad: estoy de acuerdo contigo en que, puestos a construir historias alucinógenas, las del propio Moebius, por ejemplo, son infinitamente superiores), pretenciosos, mal construidos (en Bouncer, por citar un ejemplo, la historia de amor entre Seth -el sobrino- y la maestra, me resulta ridícula hasta el paroxismo) y salidos de una mente excesivamente torcida (¡le encantan las violaciones, torturas, mutilaciones, incestos y maltratos familiares sicopáticos!). Tengo la sensación de que su mayor virtud fue saber leer unos tiempos que estaban ansiosos por toda clase de ruptura estrambótica e irreverente, lo cual le permitió ganarse a unos dibujantes -Giroud, Boucq, Janjetov...- que estaban muy por encima de sus cualidades de guionista.
Aunque, por supuesto, mi opinión es de inclemente exageración, y seguro que mi antipatía por el personaje me ciega ante sus virtudes...
Un saludo

Nelson dijo...

Mambrú, tantos soles sin verte, un gustazo leerte por aquí. La verdad es que no te encuentro exageración inclemente en tu visión del Jodo. Han pasado décadas y creo que ya es justo poner en perspectiva su vida y obra. Lo mismo que se critica de sus comics se puede aplicar a sus películas, y peor, pues resultan unos bodrios pretenciosos sin pie ni cabeza, y hasta aburridos. Yo enganché con el Tocopillano a raíz de su novela de ficción política "El loro de siete lenguas", que es bastante graciosa de leer, aunque "Jodoroskeska" al 100%. Hay todo lo mencionado por ti acerca de violaciones, incestos, torturas, crueldad política y campesina, además de un desmadre de obsesión con el aborto que supera a Isabel Allende. Concuerdo en que el hombre cayó parado en una época que "buscaba su destino" a través de la iluminación con drogas, una época cuando todo lo que ofendía a la burguesía te daba carnet de ídolo. Pero esos fueron los sesentas, y pucha que ha corrido agua desde entonces. Pienso que Jodorowsky atrajo a mucho adolescente en busca de una trascendencia espiritual rompe-esquemas, con su discurso mezcla de budismo-zen, freudianismo de libre interpretación y hippismo decimonónico. Concuerdo también en que el tipo es un pretencioso, pero tuvo la buena cué*a de caer simpático a mucho financista. (Pero no como para aguantarle contratar a Dalí por diez lucas verdes el minuto).
En mi modesta opinión, el tipo tocó fondo cuando se las dio de sanador. Cuando inventó la Psicomagia y se puso a recetar rituales de sanación psicomágica, quedó bien clarito que el hombrii es la versión internet del vendedor de polvos de misericoco.

DrWojny dijo...

Por mi parte, concuerdo en gran medida con las apreciaciones de los tres. No soy experto en Jodorowsky, pero me llama la atención que la trama básica del Incal (la saga completa, con Antes del Incal, El Incal propiamente tal, Final Incal / Después del Incal) es básicamente la misma que la de El loro de siete lenguas y del filme La montaña sagrada. Una especie de antihéroe (Difool en El Incal, el ladrón en LMS, Hums-Zum y otros en ELDSL) que se une(n) a una especie de cofradía temporal, realizan un viaje iniciático en busca de "algo" o "alguien" y en el momento cúlmine, el antihéroe se "baja" mientras los demás alcanzan la meta/transformación/iluminación o como se llame y termina sus peripecias casi como un ser "normal" unido a una pareja (el caso de Difool y del ladrón). Hasta el momento cúlmine, comparte las mismas características de innumerables relatos en su estructura fundamental (estudiadas hace mucho por Greimas), pero esa "caída" en el momento climático parece ser un "sello" de Jodo, al menos en estos tres relatos de su invención.

Nelson dijo...

Es interesante lo que cuentas, DrWojny. No había caído en cuenta de esas manías del Jodo. Sí sabía, por sus supuestas autobiografías, -y recalco el "supuestas", pues son una colección de cuentos imposibles de ocurrir en verdad-, de su manía por incluir sus propios traumas en sus relatos, los reales y los imaginados. Da la impresión de que es autorreferente al cien por ciento, y tal vez tiene debilidad por los "anti". Los antihéroes y los antifinales.

Harlock dijo...

Hola, espectacular este blog, al cual llego a través de un dato de Blue Diamond, de la mansion crg. Lamentablemente El Incal ya no está disponible para la descarga. Sería posible resubirlo? Muchas Gracias!