Hace tiempo que no publicaba en el blog algo de Hermann. Aprovecho los últimos volúmenes de la edición integral de Jeremiah para hacerlo. Se trata del quinto volumen que contiene tres historias publicadas originalmente en 1988, 1989 y 1990, respectivamente.
Esta serie marca el momento de la independencia de Hermann con respecto a Greg. De hecho, fue porque ya tenía ganas de hacer algo propio que decidió embarcarse en esta aventura narrativa. No recuerdo cuándo fue la primera vez que leí Jeremiah, ni dónde, pero sí recuerdo que hace muchos años, a fines de los ochenta, me compré diez libros en un puesto de revistas de la calle San Diego y me deben haber costado muy baratos porque yo aún estaba estudiando en esos años. Eran de la Ediciones Junior y siempre me gustó la calidad del papel y de las tintas, pese a que ha recibido muchas críticas dicha edición. Lamentablemente, no estaba el primer álbum, por lo que durante mucho tiempo creí que era una serie de western, especialmente inducido por el segundo álbum que fue el primero que leí en esos años.
Sin ser mi serie favorita, le he tomado gusto con los años. Hay algunos álbumes que me parecen mejor logrados que otros, aunque no coinciden con la opinión de la mayoría de los lectores de Hermann. Pero ya sabemos que para gustos, los colores. De los tres álbumes que se reúnen en este integral, es el último de ellos el que más me gusta. Se trata de relatos que son bien crudos por lo sangrientos y por la referencia a cómo la justicia a veces trata con guante blanco a los pederastas por el solo hecho de contar estos con recursos económicos o políticos, que es lo que se insinúa en el caso de la segunda de estas tres historias.
Sé que hemos discutido en varias oportunidades sobre el estilo de dibujo de Hermann. Siendo uno de los dibujantes que me gustan, es verdad que no es un dibujo que resulte muy atractivo. Ya he comentado lo de la fealdad con la que dibuja a las mujeres, por ejemplo. En su defensa, hay quienes sostienen que no tiene por qué dibujarlas hermosas porque hay mujeres muy feas y Hermann simplemente retrata lo que ve. Siendo eso cierto, es claro que rara vez ha dibujado a una mujer hermosa. Hay dibujantes cuyos dibujos de mujeres son fantásticos. Pienso no sólo en Manara, que tiene el defecto de dibujarlas todas prácticamente iguales, sino en Edouard Aidans, que encuentro que es un maestro en el dibujo de la figura humana, en general. Tengo una serie que se llama "Las panteras", publicada a inicios de los setenta en la revista Tintin, que tiene a tres hermosas mujeres de protagonistas. La belleza con la que las dibuja es notoria. Muy lejos de esa fealdad a la que nos tiene acostumbrados Hermann. Es cierto que este último también dibuja hombres feos, pero es la fealdad femenina la que más me choca por obvias razones de género.
En todo caso, no se trata solamente de cánones de belleza, sino que pienso que Hermann incurre en algunos errores, no sé si involuntarios o no, que acentúan la fealdad de sus mujeres. Como muestra las siguientes, tomadas de una de las historias que vienen en este integral:
En las dos viñetas anteriores, no se trata de la fealdad de la mujer que en ellas aparece sino de lo raro que dibuja el ojo de la mujer. Es decir, parece que fuera un ojo lateral. Sin ser especialista en el dibujo de la figura humana, me parece que el ojo no se ve así cuando se mira a alguien de perfil y, por lo tanto, da como resultado un dibujo muy extraño, algo deforme, que anula, o al menos disminuye, cualquier consideración de belleza que pueda haber querido darle al personaje.
En el mundo de la historieta franco-belga no todos consideran a Hermann un buen dibujante. De hecho, hay muchos críticos que consideran que nunca ha sabido dibujar y, menos, contar historias. Esto último tiene que ver con el hecho de que cuando Hermann decidió embarcarse en esta serie por sí mismo, escribiendo él mismo sus guiones, sostuvo que cuando alguien sabía dibujar historietas, podía escribir guiones. Más allá del menosprecio al trabajo de los guionistas, las críticas apuntan a los malos guiones que se encontrarían en esta serie, sobre todo a medida que se fue distanciando del modelo de escritura de Greg, quien parece haberle servido de inspiración al inicio.
Como sea, yo no lo considero un mal dibujante, aunque me llama la atención el tipo de cosas que comenté antes sobre el dibujo de mujeres. Tampoco me parece que no sepa hacer buenos guiones, algo que no puedo decir del trabajo de guionista de su retoño, a quien Hermann ha intentado por todos los medios de enchufar en el campo del noveno arte a costa de series bien dibujadas y pésimamente contadas.
Bueno, ustedes podrán formarse su propia opinión. Yo les dejo esta edición digital para que la puedan disfrutar porque está en alta resolución.
Salu2
ResponderEliminarOtro BD y de Hermann, muchísimas gracias, por cierto, lo de las mujeres feas que dibuja, siempre lo comentas, será que te gustan bonitas, como a mí LOL.
Sí, es que soy hétero, pero no lo cuentes porque me siento discriminado por mi orientación.
ResponderEliminarMayo, what an interesting expression..."Pero ya sabemos que para gustos, los colores." Based on the context, I can tell this is equivalent to the expression "beauty is in the eye of the beholder" or "gosto não se discute" (Brazilian Portuguese). But can you break the expression in Spanish down to me? Does it mean that tastes in general are akin to the different tastes we have for colors?
ResponderEliminarThat expression is very popular in Spain and it means that there are different tastes as well as different colors. That is all.
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