Vamos por el octavo volumen de la edición integral de Barbarroja. Como se evidencia en la portada, el estilo de dibujo vuelve a cambiar. Claro, esta vez se trata de la continuación de la serie en manos del recordado dibujante belga Jijé (Joseph Gillain), a quien le ayudó su hijo Lorg (Laurent Gillain) en la realización de estos álbumes. Se trata de dos historias que llevan por título "Ataque en el cuerno de oro" y "La isla de los barcos perdidos". Ambas fueron publicadas en una revista llama "Super As", en el año 1979.
Victor Hubinon parece haberse aburrido de los guiones que escribía Charlier, especialmente en lo que concierne al ciclo del que "Ataque en el cuerno de oro" es la culminación; el de la historia de la joven aristócrata que es secuestrada por unos piratas berberiscos. Hubinon encontró que la historia daba demasiados giros inverosímiles y renunció a seguir dibujándola. Charlier le pidió ayuda a su amigo Jijé quien, ya enfermo, decidió aceptar el ofrecimiento para poder ayudar a su vez a su hijo Laurent pues pensó que le permitiría poder ganarse un espacio como dibujante en el campo de la historieta. Jijé dibujaba a lápiz la historia y luego Laurent entintaba. Sin embargo, el propio hijo de Jijé reconoció que carecía de talento para el dibujo y que nunca logró realmente que se le reconociera como dibujante.
Son de sobra conocidas las historias de padres célebres que intentan, infructuosamente, dejar en herencia a sus hijos una posición ganada con su propio esfuerzo y talento. Al menos Laurent ha sido honesto para reconocer que, más allá de los deseos de su padre, él no tenía el talento que se requería y que si no hubisese sido porque su padre hacía los dibujos, no hubiese intentado incursionar en el noveno arte.
A propósito de la molestia de Hubinon con los guiones de Charlier, me pasa que a veces encuentro que las historias concluyen muy abruptamente. Es decir, muchas de las historias me han atrapado páginas tras páginas y, de repente, en una o dos páginas, todo llega abruptamente a su fin y debemos conformarnos con unas pocas viñetas en la que los hechos se precipitan. Si a eso le sumamos lo mucho que estiraba la historia Charlier, es entendible el cansancio de Hubinon.
Bueno, les dejo este octavo álbum integral para que juzguen por ustedes mismos tanto la calidad del guion como la del dibujo.
El trabajo de digitalización lo hicieron los compañeros JAOA, ARCy Cantoseegla, del CRG. Vayan ellos nuestros agradecimientos.
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