Los que ya hayan leído Vae Victis, o que hayan leído inclusive Astérix, sabrán que las tribus celtas solían usar algunos instrumentos musicales que les acompañaban en sus batallas. La mayoría de ellos hechos de cuernos o madera y algunos otros de bronce y otros metales. En la serie Vae Victis vemos varios, tal como lo pueden apreciar en las siguientes viñetas:
De todos ellos, el que más llama mi atención es el denominado Carnyx o Cárnix. "Era una especie de trompeta de bronce, suspendida verticalmente y con la campana en forma de cabeza de jabalí. Se utilizó en la guerra, probablemente para incitar a las tropas a la batalla e intimidar a los enemigos. El porte vertical del instrumento permitía que sus notas se elevaran por encima de las cabezas de los participantes en las batallas y ceremonias." (Wikipedia). En Vae Victis aparece en varias ocasiones, pero siempre en escenas de batalla. Se supone que también se utilizaba para ceremonias religiosas.
Si quieren saber cómo sonaba el Carnyx y otros instrumentos antiguos, vean el siguiente video de un músico gallego que se dedica al rescate arqueológico de estos instrumentos y que también hace conciertos con ellos. Muy interesante. Todo esto es un indicador más de lo muy en serio que los autores de la historieta franco-belga solían tomarse su trabajo.
Que buen dato. La música o sonidos al parecer van de la mano con la guerra. Ni hablar de las marchas
ResponderEliminarAlgo interesante del video, aparte de la demostración que hace Abraham Cupeiro, es que comienza mostrando de fondo una viñeta de Astérix donde aparece el carnyx. Es decir, ya Uderzo y Goscinny tenían claro que la inserción de ese instrumento era adecuada para los relatos de los irreductibles galos. Y como dice Cristian Jacob, la asociación de música/sonidos y guerra (o rituales) es muy antigua, especialmente instrumentos de percusión y de viento: el shofar hebreo, el pututu incaico, el kullkull mapuche, el shawm medieval (de origen oriental), el olifante del caballero Rolando (Roldán), etc.
ResponderEliminarNotable el trabajo de recuperación de estos instrumentos antiguos. Yo, que desde hace un tiempo estoy fascinado por la forja y las herramientas de metal, caí con este instrumento de bronce, como un corno con todo y una cabeza emblemática. El viento de los cornos parece ser adecuado para oírse en las batallas, de ahí que los cornos o trompetas de guerra sean universales, junto con la percusión. Lo que menos sirve a la guerra son los instrumentos de cuerda... ¿será por eso que se asocian más con los pacifistas? (con la indigna excepción de Nerón, claro).
ResponderEliminarSin duda que el menor nivel sonoro ("volumen") de los instrumentos de cuerda ha contribuido a su asociación con la paz y no con la guerra. Recordemos la historia de los Kilikilis y los Golagolas: la música es "inventada" (indirecta o retroactivamente por Mampato) con los primeros instrumentos de cuerda, los arcos "de guerra", en tiempo de paz. Pero por supuesto, estos mismos instrumentos están asociados al canto o recitación en recuerdo de la guerra, de los grandes héroes y heroínas y sus hazañas, desde la lira de Homero hasta el morin juur, el "violoncelo" tradicional de los mongoles (con un mástil que remata en una cabeza de caballo, como el carnyx lo hace en una de jabalí).
ResponderEliminarPues es verdad, DrWojny. Las cuerdas suelen estar relacionadas con la recitación. Desde la lira griega hasta el laúd de los juglares; sus armonías parecen prestarse mejor a la narración de una historia yendo del drama a la risa. Otra cosa que me llama la atención es que las cuerdas suelen también ser el "sonido nacional" de muchas culturas. Al oír un sitar pensamos inmediatamente "ah, la India". Y lo mismo cuando oímos un erhu (violín chino). Y por supuesto, nuestra chilenísima guitarra.
ResponderEliminarMuy cierto Nelson, pero esos "sonidos nacionales" no solo se dan en el caso de los cordófonos, sino también con otras familias de instrumentos. Y a partir de esas asociaciones culturales e históricas han surgido estereotipos que se han reproducido ad infinitum en el cine o en las historietas. Es así como en Mampato o en Condorito encontramos a tribus africanas o indias de EEUU tocando tambores, o a habitantes del Altiplano tocando quena (como Titicaco en Condorito o Cucumani en una historia de Chepita publicada en Mampato 367, escrita por Guidu).
ResponderEliminarPues es verdad, Unknown, y no olvidemos la gaita escocesa, la trutruca mapuche, y la flauta japonesa que acompaña al shamizen. Los instrumentos de cada nación nos dan ambientación, aunque como bien dices, siempre hay espacio para los estereotipos, muchas veces exagerados hasta el cansancio.
ResponderEliminarJa ja, por alguna razón quedé como "Unknown", pero el comentario anterior es mío. Travesuras de la red. Saludos! DrWojny.
ResponderEliminar¿En serio, DrWojny? Yo pensé a primera vista que era nuestro amigo del rostro gatuno, luego noté la falta de su avatar e imaginé otro Unknown. Como tú bien dices, travesuras de la red. Con estos computadores nunca se sabe, ¡saludos!
ResponderEliminarP.S. Parece que el hilo del condorito N° 1 del 2008 murió con el comentario 19. Me perdí de seguir hablando de interpretaciones artísticas.
Es muy parecido a un instrumeto musical de Euskal Herria, la alboka.
ResponderEliminarhttps://www.euskadi.eus/web01-a2kulsus/es/contenidos/informacion/euskalmusikatresnak/es_1384/alboka.html