HAce un tiempo había preparado la edición de esta historieta del dibujante Enki Bilal, nacido en Belgrado en el año 1951, cuando existía la antigua República Federativa de Yugoslavia, hoy desmembrada en varios Estados-Nación que protagonizaron uno de los peores conflictos que conoció la Europa de fines del siglo XX.
Debo reconocer que nunca me interesó mucho el trabajo de Bilal. Creo haberlo leído en la antigua Cimoc o también pudo ser en la Trauko. En cualquier caso, su dibujo no me resultaba muy agradable a la vista. En general me sucede eso, una historieta me entra primero que nada por la vista y si por alguna razón me parece feo el dibujo, paso y busco otra. Eso me debe haber pasado con Bilal, como asimismo con varios otros próceres de la historieta europea.
Pero con el tiempo uno se va poniendo más abierto de mente, al menos así me pasa a mí, de manera que en un momento me detuve a leer a Bilal y descubrí una obra muy interesante. No es del tipo de historieta que más me gusta pero tiene algo que resulta muy atractivo. En este caso en particular, creo que la fórmula de la política-ficción me sedujo. No solamente porque es una aproximación a lo terrible que hay en todo conflicto político-militar sino también porque es una reflexión acerca de la vida cuando se está ya en el ocaso de la misma. Eso creo que fue lo que me gustó de esta historieta que pedí prestada en la Biblioteca de Santiago y que hoy comparto aquí para que puedan degustarla quienes no han tenido hasta ahora el placer de conocerla.
"Las falanges del Orden Negro", escrita por el guionista francés Pierre Christin (1938), trata sobre un grupo de antiguos combatientes internacionalistas de la Guerra Civil Española, quienes deciden volver a reunirse para hacer frente a un grupo terrorista de extrema derecha integrado por ex-combatientes franquistas, que ha vuelto a actuar en nombre de los valores del Occidente Cristiano, asesinando a los habitantes de un perdido pueblo en España. De este modo se verán enfrentados nuevamente estos dos grupos de ancianos luchadores de causas que hoy parecen de un pasado muy lejano.
Como es habitual en los trabajos de Bilal, al menos en los de esta sociedad con Christin, se trata de política pero de política-ficción. No narra hechos reales, aunque el trasfondo lo sea. Sus historias tienen una leve atmósfera de fantasía que hace más atractiva esta variante del noveno arte. Pasó también con "Partida de caza", otra historieta que me prestaron en la biblioteca y que espero poder comentar también en otro momento porque también la pasé por el scanner.
Hablar de un artista innovador como Bilal, situando su obra en el contexto temporal correcto, y en los terminos en los que lo hace, y teniendo en cuenta lo que ha aportado a la cultura de todo tipo en el area de expresion francofona, demuestra muy poco conocimiento por su parte.
ResponderEliminarTal vez su "colega", tan docto en ese campo, le podria asesorar un poco mas, antes de expresar lo que es una opinion personal mas que discutible.
Si se dedica a divulgar la obra de artistas semidesconocidos en algunas areas del planeta, lo minimo que podria hacer es informarse de su importancia, en vez de permitir que sus lecturas de infancia adulteren el valor de la obra de esos artistas.
La ignorancia es muy atrevida...
Tomelo como una critica constructiva, porque a pesar de la redaccion, eso es lo que es este comentario.