Este sábado 11 de enero se realizó el segundo encuentro gola-gola de la Generación Mampato. El lugar fue el ya mítico parquecito (porque claramente no le alcanza para parque) donde está el "monumento" a Mampato.
El primero en llegar fue el puntual Mirolo, quien esperó pacientemente nuestra llegada contemplando intrigado a un espécimen munga-munga que estaba tirado en el pasto recuperándose probablemente de una agitada noche en la que vaya a saber uno en qué extraño ritual había participado. Como buen munga-munga, cuyos congéneres sabemos que se encuentran unos estadios de evolución más abajo que los gola-golas, de pronto se incorporó, se descalzó y comenzó a "intrusear" entre los dedos de sus pies seguramente en búsqueda de algún insecto o cosa semejante que poder llevarse a la boca. Es el bajón del hambre, como le llaman los munga-munga a ese momento en que el estómago clama por algo luego de horas de intenso ritual.
A los minutos de espera, fuimos apareciendo los que habíamos confirmado nuestra asistencia. Al final, estábamos ahí los mismos cuatro que habíamos participado el año pasado en este mismo encuentro. No sé si somos los más entusiastas de la Generación Mampato o somos a los que nos sobra más tiempo. El asunto es que fuimos los únicos que confirmamos nuestra presencia y ahí estábamos nuevamente.
Cada uno había traído consigo algún tesoro para mostrar a la tribu. Desde figuritas de plástico hasta revistas y álbumes varios. De inmediato nos sentamos en un banco para disfrutar con los tesoros aportados. Enrique fue el que se llevó el premio al coleccionista gola-gola pues andaba con todos esos álbumes que ha compartido en el blog más varios otros que pronto podremos tener también en su versión digital. Algunos eran tan antiguos que varios ni siquiera nos acordábamos que existieron.
Libros de modelismo, álbumes originales de la historieta franco-belga, y hasta un tomo de la mítica revista Tintin correspondiente al año 1969, en el que pudimos comparar las versiones belgas de Tunga, Dan Cooper, Cubitus y otros personajes que conocíamos en Mampato, fueron parte de los tesoros que traíamos con nosotros.
Mientras revisábamos la colección de álbumes de monitos que trajo consigo Enrique, se nos acercaron tres personas para preguntarnos si nosotros veníamos al encuentro de gola-golas. Se trataba de un silencioso seguidor del blog, Eduardo Riveros, quien junto a su esposa Marlen y su hijo Carlos quisieron conocer de cerca a tan distinguido grupo étnico.
Fue una grata sorpresa conocer a otro miembro de la Generación Mampato. Además, ofreció su casa para un futuro encuentro de camaradería en el que podríamos degustar algún espécimen de caza a las brasas. Ya habrá ocasión de concretar algo así.
Eduardo y su familia estuvieron sólo un rato con nosotros pero no podíamos dejar de retratarnos todos juntos en torno a nuestro preciado tótem. Como se puede apreciar en la foto, en las manos tenemos algunos de los tesoros que compartimos ese día. El empastado de la revista Tintin no aparece porque sirvió de trípode para la máquina fotográfica de Mirolo.
Luego de despedirnos de Eduardo, Marlen y Carlos, decidimos emprender rumbo al también mítico mercado persa de la calle Biobío. Algo así como el santuario de todo buen coleccionista de objetos viejos. Además, Enrique creció a unas pocas cuadras de ahí y ofreció su conocimiento práctico para guiarnos por los laberínticos pasajes del persa. Claro que no explicó que habían pasado más de veinte años desde entonces y por ende, no siempre dimos con los puestos y galpones donde se supone se escondían las joyas que buscábamos.
De todos modos, y pese a que un par de galpones estaban en refacción y no atendían público, pudimos hacernos de algunos objetos preciados. Mirolo encontró una revista que pronto compartirá en el blog; Cristian se hizo con un ejemplar de Mampato y otro de una enciclopedia de animales; Enrique encontró algunos objetos para su nuevo hobby, más un álbum que tenía todas las láminas que le faltaban al suyo. Por mi parte, me encontré los ejemplares de la colección de Barrabases que no alcancé a comprar en los kioskos y también un ejemplar de Luc Orient que no tenía.
Como bien recuerda Mirolo, a nuestro amigo Cristian lo estafó un munga-munga que se hizo pasar por un gola-gola que atendía el puesto de revistas viejas y que le esquilmó uno de esos papelitos color violeta que se intercambian por objetos varios. Lamentablemente, cuando Cristian se dio cuenta de su error, el munga-munga ya se había perdido en la jungla con el papelito aquel.
Para desgracia nuestra, el día estuvo muy caluroso y como Mirolo dejó su auto a unas cinco cuadras del persa, nos vimos obligados a caminar a todo sol por esas interesantes calles llenas de vida que conforman el antiguo barrio Franklin. De hecho, decidimos hacer un alto en nuestro periplo por el Santiago profundo para así poder saciar nuestro apetito y nuestra sed. Nos detuvimos en uno de los innumerables puestos y locales que venden comida. Elegimos el que nos pareció más acorde a nuestra condición de gola-golas y no de munga-mungas. Así que ahí mismo disfrutamos de una rica comida y de una agradable vista. La fauna era exótica y en más de una oportunidad nos distrajeron las feromonas de algunas nativas.
Video 1: Gola-golas hambrientos
Luego de esperar largo rato por el plato que pidió Mirolo, dado que el cocinero debió partir raudo a plena selva para cazar el exótico manjar que se le ocurrió comer a nuestro amigo porteño, decidimos que apenas se terminase de engullir el pobre animal que fue sacrificado para saciar su apetito, volveríamos a los estrechos pasillo del persa en búsqueda de los últimos tesoros que pudiéramos encontrar.
El único que tuvo suerte fue Enrique, quien estuvo un buen rato negociando el precio de algo con un comerciante persa. Con Mirolo lo mirábamos a una cierta distancia hasta que llegó con algo entre las manos. Eran dos diminutos faroles de metal que se encontraban aún en su caja original pero que ha de haber tenido unas cuantas decenas de años. Eran para su nuevo hobby. Si el año pasado era de "Música libre" de lo único que hablaba, esta vez el tema fue el tren eléctrico que se acaba de comprar y para el cual adquirió los dos faroles que, supuestamente, iluminarían la estación o parte de la línea férrea. En fin, era tal la ilusión que expresaba su rostro que no quisimos echarle a perder la tarde diciéndole que lo más probable es que luego de tantos años los focos de esos minúsculos aparatos no funcionaran ¿Pero cómo se puede ser tan cruel con un niño lleno de entusiasmo?
Hacia el final de la tarde Mirolo sugirió volver al parquecito de Mampato pues ahí cerca hay un centro comercial de estos que han proliferado en Chile y que se han exportado a los países vecinos. Así, cómodamente sentados en la zona de comidas del supermercado de Horst Paulman, pudimos hacer un balance del safari e intercambiar por Bluetooth las fotografías y archivos que traíamos.
En una sociedad de consumidores, la gracia es que se puede estar varias horas sentado en un cómodo lugar, disfrutando de una conexión Wi-Fi gratuita, sin ningún garzón molestoso que nos obligue a consumir algo y con un aire acondicionado que es un deleite una vez que se ha estado en plena sabana santiaguina. Además, la vista siguió deleitándose con un par de deidades que estaban sentadas cerca nuestro pero que iban acompañadas de un auténtico munga-munga cuya ingesta de anabólicos debía ser mucha.
Mirolo, quien a estas alturas se ha convertido en el mecenas del blog, nos regaló varios suvenires que nos trajo desde el hermoso puerto de Valparaíso. Y no sólo eso sino que se dio el tiempo de explicarnos en detalle cada uno de los motivos porteños que venían en los objetos que nos regaló.
Video2: Mirolo disertando sobre cultura
y arquitectura porteña
Nos habíamos reunido pasadas las 11 de la mañana y eran ya cerca de las 8 de la noche cuando decidimos volver a nuestras cavernas. Mirolo gentilmente nos llevó en su auto hasta mi barrio, lugar desde el cual Enrique y Cristian toman micro para volver con los suyos.
Fue una muy grata jornada junto a mis amigos del blog. Al igual que la vez pasada, constato que hemos establecido lazos fraternos que constituyen quizás lo más valioso que a muchos nos ha dejado el blog de la Generación Mampato. Ojalá que la próxima vez puedan participar más mampatinos y mampatinas. Ya sea en casa de Eduardo o ahí mismo en el "monumento" a nuestro héroe. La idea es que seamos cada vez más.
¡Que lindo amigos! de verdad que los envidio... sé que lo pasaron super... un gran saludo de este mampatino de verdad...
ResponderEliminarMayoneso, excelente relato del encuentro gola-gola, solo faltó el genial encuentro de un munga-munga incógnito con nuestro amigo gola-gola Christian, quien intentó intercambiar un par de papeles verdes por un libro, pero se los pasó al primitivo equivocado, quien raudo, luego de tal sorpresa, emprendió fuga con destino desconocido, ja ja ja...saludos ...mirolo.
ResponderEliminarjajaja, omití ese incidente a propósito.
ResponderEliminarMe parecía...ja ja ja...
ResponderEliminarHola amigos!!!!!
ResponderEliminarQue mas puedo decir que no se haya dicho, fue un día excelente para la camarería Mampatina, las horas pasaron volando me entretuve y me reí un montón y batimos
la lengua como no se imaginan parecíamos centro de madres jajajajajajaja casi tejí
una bufanda y Cristian casi hizo un par de Mitones jajajajaaja, cada uno se dejo una
tarea, las que mas adelante traerán nuevas novedades en nuestro querido blog. Esperamos se sumen mas adherentes para hacer mas seguidas las reuniones Golas-Golas y las caserías al Persa de Franklin en donde podemos encontrar tesoros muy buenos y en
ocasiones (si conoces los precios) baratos, en cuanto a los farolitos que encontré para mi proyecto maqueta-ferroviaria H0 que empezare en Marzo si Dios quiere estaban en excelente estado. Bueno también quiero agradecer de corazón los regalitos que nos trajo a cada uno de nosotros el buen Mirolo y a su gran pasión Porteña que le da vida en persona. Acúsame de haber desaparecido del blog (por x motivos) pero estaré siempre presente en estos encuentros Gola Golas-Amigos…Bueno a seguir trabajando con mucho entusiasmo y disfrutar de esta genial oportunidad que nos brinda “La generación de Mampato” hasta pronto amikos de mi!!!.
Atte Enrique Chicano.
desayuno de campeones y estos mampatinos ...unos niños, saludos
ResponderEliminarQue buen relato Jefe, se ve que la pasaron del "one".
ResponderEliminarLamentablemente para mi, desde Diciembre he estado con bastante trabajo, incluso los fines de semana, por lo que me quede con todas la ganas de haber ido, claro que con tanto munga-munga dando vueltas hay que cuidarse de las peleas!!..jaja
Envidia sana hacia ustedes y espero que la tercera sea la vencida para mi.
Se me olvidaba: porque el maestro Magoto no asistió?, si sabemos que tiene un cinto-espacio temporal ( es eso o tiene como 3 clones para que le de el tiempo de hacer todo lo que hace)..jaja
ResponderEliminar¡¡¡¡¡qué envidia!!!......joder.....bue...será para la próxima.....abrazos y gracias por el relato....
ResponderEliminarpandilla de tocinos ladrones...
ResponderEliminara ver si os pasa como al ave fenix charlysoft, y os dan lo que mereceis por robar.
Mister Anónimo
ResponderEliminarSi fueras parte de este excelente grupo humano, no tendrías esos malos deseos en tu corazón que son un arma de doble filo y que las carga el Diablo y se le disparan
a tipos como tu.
Nos vemos...
ResponderEliminarLa invitacion sigue en pie...
ERD