En la sección "Puertas adentro con", fueron entrevistados muchos niños y niñas cuyos talentos y aficiones compartieron con los lectores de Mampato. Siempre me he preguntado qué habrá sido de ellos con el paso de los años. Ya hemos sabido acerca de algunos, como el niño que perdió sus brazos y que luego vivió una vida completamente diferente en Alemania. También supimos del muchacho que anhelaba ser periodista de espectáculos y que en parte alcanzó su objetivo.
Esta vez continuaré con algunos casos aparecidos en el último tomo de Mampato que compartí aquí en el blog. El caso de hoy se publicó en el Mampato 201 y se trata de la historia del niño Gilmar Ramírez, quien tenía una afición por la herpetología, la rama de la zoología que estudia los reptiles, como él mismo lo explicaba en aquellos años, y que pueden leer en el reportaje original de Mampato que reproduzco a continuación.
Allí cuenta cómo se sintió fascinado por el mundo animal en general, y cómo llegó a su pasión por los reptiles. Los dibujaba, los estudiaba, los criaba y difundía entre sus amigos y familiares ese amor por estos extraordinarios seres. Junto a su hermano, con quien aparece en la foto de aquí abajo, fundó el grupo"Víboras mortales", cuya finalidad era promover el respeto al mundo animal y a la conservación de la naturaleza. Por cierto, en una época donde aún la defensa de la ecología no alcanzaba los niveles de hoy.
Buscando en la web, donde pareciera que nadie puede permanecer completamente oculto, supe que el niño Gilmar Ramírez estudió medicina en la Universidad de Chile y hoy ejerce como médico general en la ciudad de Calama. Su afición a la naturaleza y los animales continúa, y lo ha llevado a realizar algunas presentaciones y a publicar un libro sobre la fauna del altiplano y del desierto de Atacama.
Gilmar, nacido en el año 1962 y cuyo padre era un jugador de fútbol, fue bautizado con el nombre del arquero de la selección brasileña de fútbol que ganó la Copa del Mundo jugada en Chile aquel año. Así fue como este niño chileno, amante delos animales, llevó el nombre del célebre arquero del Santos.
El hoy Dr. Gilmar Ramírez no parece haber cambiado tanto. Es fácil reconocerlo en las pocas fotos actuales que se pueden hallar en la web, pero en las que parece reflejar la satisfacción de haber podido canalizar su pasión por la ciencia y el amor a los animales.